Parte 2

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La noche siguiente, Beomgyu fue a su club favorito y levantó a la mujer más sexy que pudo encontrar, una pelirroja alta y curvilínea con unas piernas geniales. Su nombre era Debbie. Le dio una mamada increíble y estaba tan mojada alrededor de él que su coño hacía sonidos húmedos cada vez que se movía; Fue un gran aliciente para su ego.

Beomgyu la dejó agotada, sintiéndose bien jodida y orgulloso de sí mismo. Amaba a las mujeres.

—¿Pero? —dijo Yeonjun, interrumpiéndolo cuando Beomgyu se acaloraba poéticamente sobre Debbie.

Beomgyu le frunció el ceño.

—No hay un "pero". Me enrollé con la mujer más sexy de Londres y conseguí su número. Creo que en realidad la llamaré.

Yeonjun tomó un sorbo de su cerveza, lentamente, solo mirándolo de esa forma medio divertida, medio exasperada, que siempre enloquecía a Beomgyu. ¿Era normal querer golpear a su mejor camarada en su estúpida cara?

—¿Qué? —dijo Beomgyu.

—No tienes que demostrar que eres heterosexual, ¿sabes? —dijo Yeonjun amablemente—. Sólo porque te guste meterte los dedos.

Beomgyu tomó un gran trago de su cerveza.

—Así que realmente te gusta —dijo Yeonjun.

Beomgyu dirigió su mirada hacia la barra, pero Justin claramente no necesitaba su ayuda en ese momento; Zoe lo estaba ayudando esta noche. Que gran pena. Podría usar una excusa para evitar esta conversación.

Se encogió de hombros, su cara incómodamente caliente, lo cual era ridículo. No se sonrojaba por el sexo. No es que masturbarse fuera sexo. Yeonjun tenía razón: no había nada raro o gay en el hecho de que le gustara un dedo, o dos, en su trasero.

—No me estás diciendo nada —dijo Yeonjun.

Beomgyu hizo una mueca.

—Vamos, Gyu—dijo Yeonjun—. Soy yo.

Frotándose su enrojecida nuca, Beomgyu dijo a regañadientes, evitando la mirada de Yeonjun:

—El sexo con ella fue genial. Fácilmente en el top 5 del sexo en mi vida. Estaba tan metido con ella, que apenas podía esperar para entrar en ella —Se humedeció los labios con la lengua—. El sexo estuvo bien, pero aun así no fue tan intenso como... Me vine mucho más duro con mis dedos, ¿sabes? Como que quiero hacerlo todo el tiempo ahora. Todo el jodido tiempo.

Yeonjun estaba callado.

Beomgyu miró en su dirección y encontró a Yeonjun cuidando su cerveza con una expresión extraña en el rostro, con sus oscuras cejas fruncidas.

—¿Y qué? —dijo Yeonjun por fin, aclarando su garganta—. No entiendo cuál es tu problema. Encuentra a una mujer dispuesta a tocarte.

Beomgyu se encogió ante la mera sugerencia. No podía imaginarse pedirle eso a una mujer con la que estuviera.

—No lo sé —dijo—. Se siente realmente... castrante.

La extraña expresión de Yeonjun se transformó en una más familiar, de gran exasperación.

—Es el siglo XXI. Sabes que todos esos estereotipos machistas son cosa del pasado, ¿verdad? A muchas mujeres les gusta hacerse cargo, y no hay nada de malo en querer estar en el lado receptor de algún jugueteo con tu culo. No te haría menos varonil o algo así.

Racionalmente, Beomgyu lo entendía completamente.

Pero...

—Aún es mortificante pedirle a una chica caliente, que me meta un dedo en el culo —murmuró Beomgyu— ¿Y si ella se ríe de mí? ¿Y si piensa que es raro o asqueroso? —arrugó la nariz—. Es algo asqueroso, en realidad. No querría meter mi dedo en el culo de alguien, especialmente si apenas los conozco.

Pervert Gyu 《Yeongyu》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora