♡ᅟ 𝖼𝗂𝗀𝗎̈𝖾𝗇̃𝖺𝗌ᅟᅟᅟᅟᅟᅟ⠀★☆ᅟᅟ𝘁𝘄𝗶𝘆𝗼𝗿 𝖿𝗍. 𝖺𝗇𝗒𝖺ᅟᅟ..

︵⠀ׅ⠀᮫⠀୧ ° 𝗰i ⊹ gu𝗲ñ𝗮s̲ ̲ ♥︎ ᰍ

ᨭ ꒰ ֶָ 🌪 ׂ ۪ ׂ 🎐 ꕀ ꒱˚
¿ ᥣᥲs ᥴіgᥙ̈ᥱᥒ̃ᥲs ᥒ᥆s ⍴ᥙᥱძᥱᥒ
𝗍rᥲᥱr ᥙᥒ һᥱrmᥲᥒі𝗍᥆ ? ☆

⠀⠀⠀La pequeña lee mentes está tan agotada hoy día en sus clases, y aunque no era sorpresa que esté durmiendo, esta vez la excusa era que estaba cansada.

Se perdió la primera clase como era de costumbre, no prestó casi nada de atención a la segunda y cuando vinieron unas señoritas por una charla no pudo evitar bostezar más de diez veces, en solo unos minutos.

La charla trataba de como a determinada edad todos los del salón crecerían y formarían una pareja, pero aún somnolienta, no podía evitar quitarse aquella duda que al parecer las féminas que se encontraban delante de la pizarra, lo evitaban de una u otra forma.

──Entonces, ¿alguien tiene alguna duda? ──una de ellas pregunta, con una sonrisa fingida y en su mente ya queriendo irse a casa.

La pelirosa duda unos segundos, pero termina alzando la mano, llevándose la atención no solo de las mayores, sino además de sus compañeros.

──¿De donde vienen los bebés?

Una vez terminada la pregunta, un silencio incómodo abarcó todo el espacio, las mayores estaban mirándose con un gesto asustado sin saber que palabras formular.

──¿Amor? ──responde una de ellas, con inseguridad.

──No te preocupes, Anya, yo te digo ── su mejor amiga azabache que estaba a su costado, hace contacto visual con confianza ──. Los bebés vienen de las cigüeñas. Ellos se encargan de entregarles a los padres sus hijos.

──¡Sí, yo ví un video de cigüeñas entregando a los padres sus respectivos hijos! ──suelta uno, para proceder a haber mucho bulla entre los niños, que estaban de acuerdo con el susodicho.

La telépata se quedó un rato procesando la información que había recibido.
De repente, le entraron ganas de tener un hermanito, ¿por qué no pedírselo a la tan famosa cigüeña?

Al entrar a su casa, le da la bienvenida su fiel perro bond, riendo, se deja lamer por aquel animal, ignorando las llamadas de atención de su padre no biológico.

──Papi, hoy hubo una charla en mi clase. ──cuenta emocionada, dándole guiños para que le pregunte.

──¿Cuál fue la charla? ──Yor se adelantó acercándose a la pequeña para darle cariño a sus mejillas.

Ella procede a contar solo lo que recordaba de los últimos cinco minutos antes de que todo terminó debido a que, no quería confesar que se había quedado dormida.

──¿Les dijeron que los bebés vienen de las cigüeñas? ──pregunta la fémina ladeando un poco la cabeza.

──¡Sí! ¡Papi, mami, deseo un hermano, hay que pedirle a la cigüeña!

Entusiasmada sus ojos brillaban como nunca antes, dejando atónitos a los mayores.

──¡Hagan un hermanito! ──exclama, ahora dando vueltas junto Bond que pensaba que estaba jugando con él.

Ante tal petición, los esposos Forger se ruborizaron mientras intercambiaban miradas.

──¿C-c-cómo se lo decimos? ──pregunta la más baja con sus ojos lagrimeados.

Lo peor no bastó con eso, los días siguientes, Anya preguntaba si la tal cigüeña le entregaría, y se veía tan entusiasmada.

No era algo del momento, esta vez la pelirosa estaba muy segura de lo que quería, ya estaba pensando cuanto iban a jugar cada cada cada día.

Su ingenuidad no le permitía notar que sus padres se ruborizaban cuando le pedía aquel deseo, ya que había notado que ellos dos se habían acercado mucho más desde esa vez que tuvieron su cita nocturna.

Pero, ¿cuáles serán los pensamientos de aquella niña inocente?

Serían perturbados a sus 13 años, cuando Franki de broma le explicaría que las cigüeñas no traían a los bebés con suma delicadeza -utilizó a sus juguetes de acción como ejemplo, fue una pesadilla para la telépata-.

Algo que realmente, le cambió la forma de pensar la vida.