Resuélveme (Camren)

13

Que ingenua de mí pensar que sería buena idea que Camila viese la película de terror. Tres personas metidas en una cama en la cual una sola corría peligro de golpearse contra el suelo.

-Mani... psst, Mani. ¿Has escuchado eso?

-Oh, no, Lauren, por favor. Ahora que hemos conseguido que el bebé se duerma no empieces tú. -el bebé por supuesto era Camila, que dormía dulcemente entre las dos.

-Ha sido al lado, sonó como un golpe.

-La gente se cae seguramente el vecino habrá tropezado.

-Es tu expiso, está vacío aún.

-Exacto está vac... -se incorporó rápidamente mirándome con los ojos muy abiertos.

-¿Y si han entrado a robar?

-No me haría ninguna gracia, tengo cosas importantes ahí todavía. Debemos ir.

-¡¿Qué?! Ni hablar.

-Sí, iremos todas. -trató de posar su mano sobre Camila pero la detuve en el aire.

-¿Estás loca? Le va a dar un infarto. Yo iré contigo, pero a ella déjala.

-¿No estamos con terapia? Pues esta sesión corre de mi cuenta.

-No...

-¡CAMILAAAAAAA!

La chica nombrada se levantó sobresaltada de la cama cubriéndose con un brazo y llevándose la otra mano al corazón.

-¿PERO TÚ ESTÁS BIEN DE LA CABEZA?

-Creemos que hay alguien en mi piso, Mila.

-No pretenderás que yo vaya...

-Operación "Serán ladrones de guante blanco pero a esta negra no le robarán". Me pido el cuchillo de cortar jamón.

Salió de la habitación mientras Camila y yo nos mirábamos. Levanté los hombros en señal de desconcierto.

-¿Es el castigo por no superar la peli? -reí.

-No, Camz. Es real, y supongo que debemos ayudarla. -suspiró.

-Está bien...

Normani introdujo lentamente la llave en la cerradura y de igual manera empujó la puerta.

-Panda drogadicto a H1. -susurró.

-¿Qué?... -respondimos la cubana y yo al unísono.

-Tú eres panda drogadicto. -me señaló. -Creí que sería evidente teniendo en cuenta tu pijama: un panda con un porro.

-¡No es un porro! ¡Es una mini trompeta!

-Si eres más feliz entonces pasarás a ser panda fiestero. H1 es habitación primera. Muévete, ¡ya! -me empujó.

Inspeccioné con cuidado la habitación. No había ni rastro de presencia humana. Me asomé de vuelta al salón y les indiqué mediante gestos la situación. Normani vino corriendo.

-Definitivamente aquí no hay nada, Normani. Nos habremos equivocado.

-Creo que supones bien. Pero Camila no lo sabe. -levantó las cejas pícaramente.

La observé mientras se mordía la uña seguidamente y torcía su cuello hacia la izquierda una y otra vez.

-Usemos esto a nuestro favor.

-Sí. -contesté. -Que empiece el show.

Me dejé caer hacia atrás fingiendo un desmayo.

-¡No! ¡Camila, ven, corre!

Escuché como llegaba hasta nosotras y cerré los ojos cuando Normani me sostuvo entre sus brazos.

-¿Qu... qué ha pasado? -preguntó nerviosa.

-Panda ha tenido una sobredosis. Se ha desmayado de repente. Pero no podemos salir de aquí así como así, ahora nos habrá oído. Y llevar a Lauren fuera no será pan comido.

-Yo... yo iré a registrar las habitaciones que faltan más el baño. -agarró con fuerza la raqueta que llevaba en la mano.

-Confío en ti, Mila...

Unos pasos seguros abandonaron la habitación.

-Puedo decir que su amor por ti sobrepasa fronteras. -me susurró.

-¿Tenía tics?

-Ni uno solo.

Nos mantuvimos en silencio escuchando como la pequeña chica se movía de un lado a otro. Finalmente volvió.

-Estamos solas y a salvo.

-¡Genial! Ya me dolía la espalda. -Camila me miró asombrada.

-¿Estabas fingiendo? -se cruzó de brazos.

-¿Acaso no has sido valiente y has vencido tus miedo? -imité su postura.

-¡Y no había mejor hora ni momento para esto claro que no panda de locas por qué sigo aquí con vosotras! -se llevó las manos a la cabeza mientras salía por la puerta.

-Punto para Hufflepuff. -quise chocar los cinco con Normani.

-¿Hufflepuff? ¿En serio? Nadie es de Hufflepuff, Jauregui, suena a marca de escoba. "Escobas Hufflepuff, barre tu mierda tan rápido que parecerá magia".

-Deberías hacerte publicista. -negué con la cabeza, marchándome.

-¡Buena idea! Aunque antes quiero probar a vender correas para peces.

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Lo siento pero de verdad estoy muy ocupada hasta finales de mayo con los exámenes... más me gustaría a mí poder escribir tranquilamente mientras como chocolate peeeeero, ¡ya me queda menos! Y mejor algo que nada.

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