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Narra Camila

Me levanté gracias al apacible sonido de un taladro en el apartamento de enfrente. Bueno, al menos sé que si me falla el despertador ya tengo una opción B.

Tenía que ponerme al día con lo que había dado en clase ayer, y luego quizás saldría a pasear un rato, nunca había visto nada de esta ciudad.

-"BUT YOU SEE IT'S NOT ME IT'S NOT MY FAMILY" -genial, la propietaria del taladro también era cantante. -"IN YOUR HEEEEEEEEEEEEEAD IN YOUR HEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEAD"

-¡POR DIOS, TRATO DE ESTUDIAR!

-"THEY'RE FIGHTIIIIIIIIIIIING"

Se acabó, debía parar este caos ya que al parecer era la única en todo el bloque a la que le preocupaba. Se me olvidó un mínimo detalle, estaba en ropa interior ya que para mi sorpresa el día de hoy era algo bochornoso. Toqué a la puerta con algo de furia.

-Hola. Camila Cabello. Estudiante. -me presenté cruzada de brazos. La chica se asombró de verme así casi como nací. -¡Oh! -me tapé. -¡Es que me estabas poniendo de los nervios!

-Lo... lo siento. Soy la electricista/carpintera/desatascadora del bloque.

-Wow... ¿haces todo eso?

-Y lo que me mande la jefa. De algo tengo que sacar dinero para pagarme los estudios.

-Y... ¿te queda mucho?

-Mmmm... -echó un vistazo detrás de ella. -¿Diez minutos? Prometido.

-Vale. Siento haber sido un poco borde.

-Es totalmente comprensible. Soy Tiffany. Ya nos veremos. -cerró la puerta y volvió a su labor.

Bueno, al menos ella era más simpática que la vieja bruja chupa dinero.

Conseguí finalizar mis horas de estudio con éxito y bajé a tomar algo de picar en un bar que llamó mi atención en la cera justo de enfrente. El lugar se llamaba "No hables, degusta." Era perfecto para lo que buscaba en esos momentos: paz.

-Hola. -saludé a la camarera que sonriente me entregó una carta del menú. -¿Tenéis algo... que no sea pesado? Quiero decir, un entrante pequeñito, por favor.

-¿Quieres unos nachos con queso? Usualmente sólo lo ponemos como acompañamiento de uno de los platos, pero podría servírtelos de manera individual.

-¡Sí, me encantaría!

-Marchando.

Acababa de empezar mi "matanza" con los pobres nachos cuando recibí un mensaje de la persona que más deseaba.

De Laur:

"¡Buenos días, fugitiva! Tengo un descanso y quería saber qué hacías :)"

Para Laur:

"Deborando comida, qué crees que podría estar haciendo si no jajajajaja."

De Laur:

"Estudiar, por ejemplo... ¬¬"

Para Laur:

"Ya lo hice, ésta es mi recompensa, idiota."

De Laur:

"Entonces disfruta. Tengo que irme, te hablaré después de comer y echarme una siesta."

Para Laur:

"Últimamente duermes mucho, marmota."

De Laur:

"Sólo es para que pase más rápido el tiempo. Por lo tanto eres la culpable, así que mejor cállate."

Para Laur:

"¡Pronto estaremos aprovechando la tarde para jugar a uno de esos juegos de mesa tan aburridos que te gustan!"

De Laur:

"Eres la única persona de este mundo a la que "Misterios de Pekín" le parece aburrido..."

Para Laur:

"¡Márchate ya!"

De Laur:

"¡Cierto! ¡Bye! ♥♥♥♥"

Para Laur:

"¡Ciao! ♡♡♡"

Cuando levanté la vista la camarera de antes me miraba divertida. Debía de tener una cara de tonta increíble hablando con Lauren. Le devolví la sonrisa negando con la cabeza.

-La cuenta, por favor.

-Oh, no. No tienes que pagar nada, invita la casa.

-¿Qué? No puedo aceptarlo. -dije hurgando en mi bolso.

-Escucha. -tocó mi brazo haciendo que parara. -De verdad que el precio de ese plato sería tan humillante que no merece la pena. Y da gusto ver a clientes comer con tantas ganas. Acéptalo, por favor.

-Uf... está bien. Pero que no se haga costumbre, siento como si debiese algo.

-Pues entonces la próxima vez pide otra cosa jajajaja.

-Habrá próxima vez, de eso estad seguros. ¡Adiós!

-¡Adiós!

¡Que placer ser atendido así! Creo que tendría que hacer una gira por el país dando clases de educación y trato al cliente.

Miraba tranquilamente al cielo viendo como las nubes se dispersaban poco a poco dando paso a un brillante sol. Casi se me sale el corazón cuando una moto aparcada frente a mí se cayó de lado, haciendo un ruido increíblemente estrepitoso. Automáticamente levanté las manos en señal de inocencia, porque al fin y al cabo, lo era. Ni siquiera le había soplado.

Mi corazón empezó a latir aún más deprisa cuando un hombre de cabello blanco y chaqueta de cuero salió de una tienda cercana al bar y caminó hasta mí.

-¡Qué has hecho, niñata!

-Yo... yo no... yo no... -vamos, Camila, vamos.

-¡Tú no qué!

-Yo no... la he tocado. -BIEN. -Simplemente estaba frente a ella pero a un metro de distancia.

-¿¡Y qué ha pasado entonces... el aire!? -ironizó, ya que el aire nunca estuvo más estático.

-¡Ya le he dicho que no he tenido ninguna culpa!

-Vamos a ir a la policía, ahora, y vas a pagar los daños. -agarró mi brazo con furia. Me asusté pero tiré con fuerza para soltarme.

-¡Eh, tú, cabrón, suéltala! -era la chica que me había atendido hacía unos minutos. El tipo rápidamente se fue corriendo. -¿Estás bien? -preguntó llegando hasta mí.

-Sí... no sabía cómo escapar de la situación, estaba tan tranquila y...

-Lo sé. Es un estafador. Cada día sucede, él mismo deja la moto mal equilibrada para que en cualquier momento se caiga y si tiene la suerte de que justo alguien pasa por delante... ¡tacháaaan!

-¿De veras? No puedo fiarme de nadie al parecer...

-Tampoco seas así, no todos somos malos. -me dio codazos bromeando.

-Cierto. Creo que es hora de que nos presentemos: Camila. -le ofrecí mi mano.

-Dianna. Un placer. Ahora tengo que volver o el chef me cortara una mano y la servirá como pollo frito.

Nos despedimos y volví lanzada a casa. Tenía miedo de encontrarme con un coche que pretendiera atropellarme para luego declarar que me había tirado a su parabrisas como una ardilla suicida...

Al llegar fui directa a mi habitación, y de uno de los cajones del armario saqué la mitad de un folio. Estaba feliz de poder rellenar aún más ese trozo de papel.

"1. Echarle cara a una arrendataria. ✓"

Lo observé, se veía vacío.

"1. Echarle cara a una arrendataria. ✓

2. Enfrentar a un estafador. ✓"

Mejor.

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¡FELIZ VIERNES YO YA TENGO CERVEZA EN MANO!

Resuélveme (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora