Misión 1

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Llevo mucho tiempo internada en la alta montaña buscando señales de vida de un grupo de cazadores inexperto que según reportes se fueron tras un demonio que secuestro a un par de niños de la aldea que se encuentra más abajo, el frío es intenso y para variar es pleno invierno, mi cuervo Kasugai esta intentando ayudarme a rastrear posibles acantilados donde pudieron haber caído, pero la zona es extensa y el grupo de búsqueda ya se había rendido, diciendo que era mejor dejarle la tarea a un Tsuchinoe, en pocas palabras arriesgar a los pocos miembros hábiles para hacer búsquedas, soy cazadora en principio una Hinoe un rango mucho más alto, pero por orden del patrón entre al cuerpo médico ya que en mi familia se destaca por ese conocimiento, y ayuda de manera altruista a la organización prestando conocimientos médicos y atendiendo al mismo líder del grupo, es por eso que  soy de ayuda valiosa en cuanto primeros auxilios y puedo defenderme sola.

- Cielos, esto ya es absurdo, no hay rastros ni del demonio ni del grupo de cazadores - dije frustrada en voz alta

me tiro en la nieve blanca y logro ver el cielo por un momento, noto como este se está cubriendo

Comenzará a nevar pronto, mejor me regreso, pensé, dí un largo suspiro cuando con mis manos se me ocurre tocar algo de la nieve y encuentro algo particular...

era un trozo de un traje de cazador! 

Alarmada empecé a cavar con mis manos con todas mis fuerzas, solo para darme cuenta que justo debajo de mis pies, se encontraban los cuerpos de los ya mal logrados cazadores y los niños que en su momento lograron rescatar.

- Vaya desastre - dije con tristeza, aquel gran montículo era una tumba helada

Llame a mi cuervo con un pequeño silbido le dije que alcanzara al grupo de búsqueda que se retiró hace un par de horas, no debieron avanzar mucho, debemos transportar los cuerpos pronto, el frío ayuda a la conservación pero si empieza a nevar será un caso perdido.

me quede colocando los cuerpos en fila con dificultad, cuando sentí una presencia bastante pesada.

- Odio a los humanos, son unos seres tan débiles - escuche decir tras mi espalda.

al voltear un demonio de aspecto grotesco se relamía al ver un festín frío y claro el plato principal, yo, al estar viva.

- al menos estoy de suerte, 5 niñatos y una que expele un buen olor, comida caliente - dice extasiado.

- Soy una cazadora, tienes la posibilidad de irte, mis refuerzos vienen en camino - mentí , el demonio en sí es bastante grande y con este terreno será complicado moverme entre la nieve para poder hacer cortes limpios, además desenfundar mi katana me da rabia, me costo mucho valor pedirle al pilar de la llama que me entrenara, este al ver el color de mi Katana se emocionó, pero tenía que ir a una misión de la cual no regresó con vida, solo se usar parte de mi aliento porque en una ocasión vi en acción al ex pilar como a su predecesor en batalla, si estaba bastante pequeña y fue justamente su padre el que rescató a mi familia y a mi de las garras de un demonio bastante temperamental, pero ese es otra historia, a lo que nos compete, debo concentrarme en defender mi vida y los cuerpos de mis compañeros caídos.

El clima no me acompañaba para nada pero note que es un demonio que no se ha alimentado en días ya que su capacidad de regeneración es demasiado lenta para  lo que se jacta, cortarle una pierna y un brazo me ha comprado tiempo, el ambiente hace que se me dificulte respirar profundo los pulmones se congelan, por lo que solo espero que llegue el grupo de Kakushis o de lo contrario que amanezca, tambien me he ganado un par de heridas superficiales, que sobre excitan a aquel demonio, que no hace más que quejarse en la fría nieve deseando regenerar pronto las extremidades perdidas, su discurso me tenía harta, al ver que el grupo no llegaba, no pude dejar que el sol hiciera su trabajo, así que procedía a cortarle la cabeza sin un ápice de piedad.

Mi encuentro con un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora