Sunoo pasó a la casa de él desconocido por la simple razón de que ni siquiera podía pensar con coherencia como para salvarse del bastado qué lo perseguía.
- Gracias por ayudarme – habló jadeante por la persecución repentina, mientras posaba sus manos en sus rodillas encorvado por el cansancio y la debilidad del hambre. Realmente esperando que esa sea un ayuda y no algo peor.
- Lo hice porque me puse en tu lugar no es nada, nadie quiere terminar en manos de un alfa en ese estado-Dijo aquel hombre mientras lo hacía pasar a la sala de la casa.
- ¿Dijiste alfa? – su ceño fruncido consterna un poco al de estatura mayor.
- Mmmh si, era un alfa ¿te encuentras bien? – se acercó para verlo mejor.
- ¿Un qué? ¿A qué te refieres con eso?- Sunoo - tenía su cabeza llena de dudas sobre este extraño lugar.
El otro se acercó para inspeccionarlo viendo si no tenía alguna enfermedad o golpe - ¿Te caíste? ¿Te golpeaste la cabeza? ¿Tus padres no te educaron de nada? ¿Vivías en una cueva?.
-¿Educaron? - solo eso quedó en la mente del joven rubio.
- Sabes que... olvidalo hablaremos de eso luego, pareces muy asustado ¿Tienes familiares o algún lugar en donde quedarte? - pregunta con genuino interés ya qué por alguna razón el rubio se veía tan desamparado.
Sunoo bajó la cabeza, ahora se daba cuenta que estaba totalmente desprotegido en ese lugar - No, yo... - No quería hablar de eso así que optó por no abordar ese tema - No tengo.
- No tienes de qué preocuparte pero mañana hablamos de eso, te ves cansado ¿Quieres dormir? Tengo un cuarto de invitados para que tengas privacidad.
- Yo... y-yo me pregunta si... - bajó la mirada nervioso.
Si en el mundo del qué provenía ya era tímido por naturaleza por alguna razón en ese lugar lo era aún más, como si una fuerza extraña lo obligará a doblegarse y mostrarse ¿sumiso?.
-¿Si...?- trata de completar el más alto.
-¿T-tienes comida?
- ¡Oh maldición!, ¿Hace cuánto que no comes?
Se sintió muy apenado en su casa antes tenía todo gracias a que él lo conseguía pero aquí... estaba mendigando comida.
- Creo que fue ayer, no lo se todo fue muy confuso para mí.
- Okey chico rubio vamos a la cocina - señaló el lugar a lado de la sala y lo siguió el menor.
- Soy Kim Sunoo, ¿tu eres?.
- Kim Jake ¿no somos hermanos? - habló soltando una estruendosa risa qué sorprendió a Sunoo.
-N-no lo creo.
Después de que comió, lo llevó a su habitación donde pudo cambiarse con ropa cómoda y dormir, solamente al tocar la cama cayó rendido en el mundo de los sueños, deseando qué al dormir estuviera en su casa en Seúl como en alguna película que vio donde los personajes tenían ojos de botones.
Pero no fue así, al despertar en la mañana seguía donde mismo.
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- Hagamos esto rápido quieres - Harto esa era la palabra que definía su estado de ánimo.
- Mi nombre es Hanna, m-mucho gusto- su voz tembló un poco el alfa frente suyo tenía un aroma poco agradable para ella y el hecho de que este aparentemente enojado no ayudaba mucho. - ¿Tú eres?.
- Ja, por favor no me digas que no sabes mi nombre, se perfectamente que tu familia ya se sabe hasta el nombre de mi última mascota.
- No sé a qué se refiere, disculpe alfa.
Los ojos de aquel se abrieron incrédulo.
-No me llames así, nadie debe de llamarme de esa forma a menos que sea mi omega. - se irguio de pronto - Entonces - aclaró su garganta -¿niegas qué tu madre fue con mi madre a pedirle esta cita?.
- Yo n-no se... - la manera en que se levantó del asiento en aquel restaurante perturbó a la mujer, se iba a ir sin siquiera hacer qué la mirara.
-¿Lo niegas?
-Y-yo, yo lo siento... joven Sunghoon. Mi madre es algo insistente pero yo no tenía idea- Estaba temblando de miedo. No quería que todo esto lo supiera su madre.
-Sabes tal vez hubiéramos acabado esta estúpida cita si no me hubieras mentido desde la primera frase. Odio las mentiras- Se giró tratando de irse pero luego habló de nuevo - Y una cosa más, deja de decirle a todos que soy tu destinado, no creas que no se lo que hablas en la escuela.
Salió pronto de aquel restaurante y la dejó sola en aquella mesa.
