(Demonio mariposa)

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Pov normal.

Refugiados en un templo, los viajeros se encontraban descansando un poco, junto al sacerdote ciego.

Dororo se puso a conversar con el sacerdote, sobre las marcas en su espalda, recordando fragmentos de su pasado, entre ellos uno en donde su madre le mostró unas marcas similares que ella tenía en la espalda, diciéndole que esa era la gran ambición de su padre y que formaba parte de ellas, por eso tenía que llevarla con sigo y protegerla.
No le fue fácil entender lo que su madre quiso decirle con eso, pero ahora tenía más claro que se trataba de una gran carga que sus padres habían dejado bajo su responsabilidad.

Dororo miro por un momento disimuladamente a Mio, quien dormía un poco acostada en el hombro de Hyakkimaru, mientras este tenía la mirada perdida.

- mi madre me dijo que la mitad de la ambición de mi padre estaba en mi... - dijo desviando la mirada hacia el sacerdote - y que lo entendería cuando encontrara a alguien en quien confiar.

- ya veo - le contesto tranquilamente el hombre flotandose la barbilla.

- aun que en ese entonces no entendía lo que quería decir, había olvidado todo eso - confesó despreocupada rascándose la nuca.

- pero lo bueno es que ahora tienes más opciones.

- ¿eh?...

El sacerdote se puso serio - ¿has pensado en lo que harán cuando Hyakkimaru recupere su cuerpo? - cuestionó volteandose hacia el joven.

Esa cuestión dejó a la niña pensativa, era verdad que llevaba mucho tiempo junto al chico, pero en todo ese tiempo nunca se había puesto a pensar en lo que harían después de que Hyakkimaru derrotara a todos los demonios y recuperara su cuerpo. Ahora que sabía del gran tesoro de su padre, tenía muchas opciones y una posibilidad de vivir una vida tranquila, junto a Mio.

- el dinero también es importante - aclaró el Sacerdote volteando al frente nuevamente ante el silencio - si tienen el estómago lleno, sus corazones estarán tranquilos y felices - sonrió ante la idea- podrán ver lo que los rodea y comenzar a pensar en el mañana, no es algo que cualquier persona puede hacer... pero ahora tienen esa opción.

Dororo volvió a mirar a Hyakkimaru y Mio, pensando en las posibilidades de un gran futuro a su lado.

- Hyakkimaru podrá matar a uno o dos demonios, pero eso no cambiará el mundo - el sacerdote se volteo completamente hacia Dororo y la señaló con su bastón - pero tu encambio, tienes la posibilidad de cambiar el mundo, tienes una gran fuente de poder en tus manos... jeje pero al final es decisión tuya, puedes vivir junto a Mio y Hyakkimaru una vida tranquila o puedes cambiar el mundo y gobernar tus propias tierras.

- eh... pero...

- tienes muchas opciones Dororo - volteo a mirar al chico - a menos que Hyakkimaru tenga como objetivo destruir las tierras de Daigo a cambio de su cuerpo.

Dicho todo, el sacerdote se marcho, dejando a la menos con un gran bucle en la mente.

- Aniki... no piensa de ese modo - lo defendió desconcertada. Creí conocer a Hyakkimaru, pero hasta ella ponía en duda que seria lo que él haría en su futuro.

***

Ya más tarde los tres jóvenes volvieron a retomar el paso a otra aldea, el trayecto estaba silencioso y muy incómodo para Mio, le parecía muy extraño el silencio de Dororo, por lo cual le pregunto discretamente el motivo de su inquietud. La niña le contó brevemente todo lo que habló con él sacerdote y que no sabía que hacer con la gran fortuna de su padre, se encontraba afligida por tener esa gran responsabilidad en sus hombros.

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⏰ Última actualización: Jan 20, 2023 ⏰

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Me quedare a tu lado (Mio y Hyakkimaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora