como serian las cosas si Hyakkimaru hubiera logrado salvar a Mio y estar con ella por siempre, escuchando su hermoso canto.
(ok llore mucho el día que vi el capitulo 6 de Dororo pero ahora quiero cambiar un poco las cosas con este libro) 😊
Los tres jóvenes se encontraban caminando por los mercados del lugar, curioseando a los alrededores hasta que la conversación de unos hombres llamó la atención de uno de los mayores.
- oye ¿Akini?- pregunto dororo volteando.
- ¿sucede algo pregunto? - la otra chica girandose curiosa.
Mientras que Hyakkimaru tenía su atención en los dos hombres que se encontraban hablando del otro lado del puente.
- digo que es la maldición de Banmon- mención uno de lo tipos- apuesto que por eso no ha llovido.
- silencio no puedes decir eso- recriminó el otro.
- pero si las villas por las que pase también estaban secas. Si las cosas siguen así este otoño...
- Imposible - protestó - la tierra del Señor Daigo esta protegida por la diosa de la Misericordia.
- si, pero desde entonces esas cosas empezaron en Banmon. Asakura a estado actuando sospechosamente- afirmó uno de lo hombres.
Mientras que la por otro lado los tres jóvenes se inmiscucheron entre ellos y la pequeña niña se dispuso a indagar- disculpen - dijo llamando la atención de lo hombres- ¿qué es esa cosas de Banmon? . . . . . . . . . . Una vez recibieron información por parte de los hombres, los tres se dirigieron al lugar que solía ser un fuerte que potrotegia a la ciudad de Daigo del clan Asakura, todo el fuerte fue quemado con excepción de un muro.
- vaya que muro tan alto - exclamó Dororo mirando el odjeto.
- según lo que nos dijo ese sujeto en este muro habita la Diosa de la misericordia- mencionó Mio mirando con atención el odjeto junto con la niña - pero también dijeron que los Asakura se habían frortalec... - no pudo terminar la frase al ser testigo de como unos esqueletos de soldados muertos se encontraban al otro lado del muro.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- no puede ser
- entonces era verdad - Mío retrocedió atrás espantada- ejecutaban a los soldados de Daigo para mancillas la vendicion de la diosa de la misericordia... Y es por eso que los cadáveres de esos muertos han atraído a los demonios- agregó la chica alejándose del odjeto junto a Dororo.
Hyakkimaru se acercó al muro y lo tocó con cuidado concentrándose en el para verificar si se trataba de un demonio o no.
- ¿sientes algo? - pregunto temerosa la menor.
El chico asintió con la cabeza haciendo que las dos indubiduas se tensaran nerviosas.
- ¿se trata de un demonio? - cuestionó Mio
- si.... uno muy fuerte.
Ambas chicas se quedaron calladas ante el miedo hasta que un individuo apreció derepente detrás de ellas.
