Hielo

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-Carajo-maldije en voz baja y revisé la suela de mi zapato cuidadosamente mientras sacaba un trozo de papel y traté de quitar la goma, caminé fingiendo que todo iba bien, abrí la puerta del coche de Denim y dije lo más sutil:

-Conduce rápido o te golpearé-

Denim soltó un carcajada divertido mientras respondía:

-Oh, vamos-

Traté de retirar mis deseos de ahorcar a Denim y me calmé.

-La próxima vez que mientas a tus padres diciendo que duermes en mi casa, asegurate de no llegar a las 5 de la mañana golpeando mi ventana con tu zapato olorosamente espantoso-

Denim puso la mano derecha en su pecho justo en el corazón diciendo mientras fingía sollozos:

-Oh Dios, has herido mis sentimientos, en serio eres malo-

-Y tú un reverendo Idiota-

Reí inocente y me metí en el carro dejando mi mochila en el asiento trasero, miré el retrovisor y observé mis ojeras, mi cabello estaba despeinado como de costumbre, había estado en un modo zombie tan intenso que no pude notar que mi camisa estaba al revés, al carajo, era algo que realmente no me importaba.
Era Lunes, genial, amo los Lunes, levantarse a las 6:00 am con una resaca de mil demonios, ir a un lugar que odias justo a hacer algo que odias, nada mejor que eso.
No le presté ni la mínima cantidad posible de atención a Denim, de una forma u otra preferí observar por la ventanilla. Llegamos a la Preparatoria y me bajé del auto azotando la puerta solo para molestar a Denim, metí ambas manos en los bolsillos de mi chaqueta negra, la verdad era que no tenía nada de frío, pero era una costumbre mía, busqué con la mirada a Carter, no logré encontrarla así que me resigné y le dije a Denim con la mirada que entrara primero, obedeció rodando los ojos mientras se apresuraba por las puertas grandes de metal que se mantenían abiertas para los estudiantes, la Preparatoria era de un estilo muy moderno, con paredes de un color gris, pero no un gris deprimente y gastado, sino un gris elegante y sofisticado, estaba cercada, el Director era demasiado idiota para darse cuenta que los estudiantes salían por la puerta trasera y se iban probablemente a algun bar cercano, nunca me pareció buena idea salir junto a ellos, no porque pudieran descubrirme los profesores, lo cual era imposible, ya que eran igual de retrasados que el Director, mas bien porque prefería ir a fumar, o a pasar una navaja por mis muñecas a en mi habitación, uno de mis Hobbies favoritos, aunque últimamente estaba algo pensativo, me estaba quedando sin espacio para más heridas, y las que tenia aún no sanaban, lo cual me parecía extraño, siempre tardaban entre cuatro o cinco días, no dos semanas, lo mas extraño era que no paraban de sangrar, me agradaba la sensación del dolor, me gusta ver como el dolor físico reemplaza el emocional, pero, a decir verdad no tenía idea de porqué seguía haciéndolo, hace tiempo había dejado de sentir, y no hablo de lo físico, sino lo emocional.
Di unos cuantos pasos entrando a la Preparatoria, Denim ya estaba en el laboratorio de Química sentado mientras charlaba con sus amigos, los cuales eran unos Nerd's sabelotodos, pero igual nos servían para las tareas más  difíciles o proyectos finales. Me quedé unos instantes fuera del salón respirando silenciosamente y aclarando mi mente, cuando escuché la voz de Denim hablarme en un tono alto, reaccioné y parpadee un poco para volver a la realidad. La clase fue de lo más aburrida, la profesora no asistió, y lo único educativo que hicimos en todos esos cuarenta minutos fue sacar un cuaderno, lo que hicieron con él dejó en claro que no tenían intenciones de estudiar o algo por el estilo. Yo en cambio saqué mi celular y me puse mis audífonos, reproducí una de las mil piezas de Bach que tenia almacenadas, me crucé de brazos y observé como todos se lanzaban bolas de papel, era molesto, pero siempre he pensado que si no me afecta en nada, no tiene porque importarme, cuando la clase terminó Denim se apresuró en salir corriendo lo más rápido posible, hoy llegaban las chicas y chicos de intercambio anual, era algo como parecido a intercambiar estudiantes calificados a Preparatorias calificadas, mientras que los menos reconocidos llegaban de otras Preparatorias justamente a éste lugar, según esto para ayudarlos a mejorar...Oh bueno eso les prometían, que estúpidos.
Como era de costumbre Denim esperaba con ansias a las chicas y chicos, ¿a quién engaño?, todos sabían que esperaba a las chicas.
La mayoría eran rubias y morenas, todas con el maquillaje hasta la frente, zapatos caros y cerebros reducidos, más bien creía que eso era debido a tanto químico que usaban en su cabello. Lo seguí rodando los ojos, los últimos cuatro años no pudo conseguir a ninguna chica, dudaba mucho que éste año fuera la excepción. Cuando lo localicé estaba apoyado en una pared platicando con una chica alta, mala elección, su rostro era muy delgado, sus curvas casi no se notaban debido a su falta de peso, más bien Denim tendría que llevarla a un medico cuando salieran, claro, si es que ella accedía.
La chica era guapa, no era mi tipo pero debía admitir que tenia una mirada perdida, algo como hipnotizante, después de diez minutos y un par de risas, Denim volvió mirando fijamente los dígitos del teléfono de la chica, los cuales había escrito en su mano, los analizaba como si quisiera aprenderlos en ese mismo instante, noté su intención y le dije:

-¿O me estoy quedando ciego...O tienes una cita el día de hoy?-

Denim alzó sus ojos cafés y su sonrisa se amplió:

-Hoy es mi día de suerte-

-No lo dudo, después de cuatro años, dos accidentes automovilísticos, un brazo roto, dos relaciones acabadas y una cita con el Dentista la semana pasada, comenzaba a creer que esta vida no era para ti-

Denim no me golpeó por ese comentario, como ya era de costumbre, en cambio estaba entusiasmado, demasiado diría yo, a pesar se su aspecto poco atractivo, hoy había conseguido una cita con la chica huesos notables, no era nada que me esperara, en fin, no me afectaba, no me importaba.
El día pasó volando, salimos de la Preparatoria, nos dirigimos al coche, sin embargo cuando abrí la puerta y me giré, vi a Denim envuelto en una platica con la chica huesos notables, suspiré y me metí al auto con la idea de esperarlo, revisé mi celular y tenia dos llamadas perdidas de mi madre, las notifiqué y había sido hace dos horas, tuve la certeza de que se trataba de algún olvidamiento de llaves, o quizás necesitaba algo del supermercado, todo eso podía esperar, miré por la ventanilla, era mas que obvio que las chicas habían sido las mas torpes este año, pues eran pocos los hombres que habían ingresado.
Fue entonces cuando una chica cayó al suelo después de tropezar con el pie de otra, no pude evitar salir del coche, no tenia la mas remota idea de porque lo hacia, caminé hasta donde estaba, me incliné hacia ella y la tome por el brazo, ella alzó la mirada avergonzada, sus ojos eran un verde hermoso, casi azul, sus ropas estaban mojadas debido al suelo que había sido llenado de agua a propósito, le levanté tomandola por la cintura y la acomodé en sus talones, ella tartamudeó:

-Gra...Gracias-sus mejillas estaban rosadas y llenas de pecas, era una chica adorable, entonces escuché otra voz femenina decir:

-Lo siento, realmente no quería hacerlo pero tus zapatos eran horrendos y les hice un favor cubriéndolos de lodo-

Me giré dejando a la chica a no costado, entonces encontré a una tipa totalmente Dark, sus ropas eran negras a mas no poder, su cabello estaba teñido de negro, tenia un piercing en el labio inferior justo en la parte derecha, su chaqueta de cuero resaltaba con las sombras de sus ojos, también negras, sus botas recién pulidas, sus labios ni delgados ni gruesos, justo a la medida perfecta, sus cejas eran perfectamente delineadas, sus pulseras en los brazos la hacían verse mas ruda, tenia unos pechos lindos y a la medida, debo aceptar que fue lo primero que noté, toda ella estaba a la medida, no era huesuda, tampoco gorda, era curvilínea, sus ojos fueron lo mas profundo e intenso que jamas había visto, su piel era aperlada, pómulos preciosos, era celestialmente diabólica, pude notar un tatuaje en el dorso de su mano, era uno muy curioso, toda ella era tan interesante.

-¿Que estas viendo?-volvió a decir-

-Algo desagrable-contesté-

Ella frunció el cejo y señaló a la chica a mi lado, viéndome.

-Escucha niño,cuando te pregunte a ti, me respondes tú- acomodó el cabello justo en su hombro derecho, era brillante- Y tú-volvió su mirada a la chica- dile a tu guardaespaldas que te lleve a otro lugar, porque estas del asco, y bañate por favor-se giró en sus talones y se adentró a un coche negro, arrancó y la chica a mi lado salió corriendo. Obviamente la seguí hasta el estacionamiento y cuando estuve de nuevo a su lado le pregunté:

-¿Te llevo?-

Ella negó, estábamos justo a mitad del estacionamiento y entonces una limosina se detuvo justo al frene de ella, lo último que la chica hizo fue agradecer y sonreirme, entró en el auto y me dejó parado mientras analizaba cada hecho de ese día.
Denim se puso a mi lado y me dijo:

-Todos te están viendo-

Yo apenas noté que la mitad de la Preparatoria había estado atenta a cada palabra que dijimos la chica lodo, la chica Hate y yo.

Oscuridad InternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora