Dejé las llaves de la casa justo en la mesita de la sala, di unos cuantos pasos al refrigerador y noté que había un papel doblado en la barra de desayuno, la tome y desdoblé en un santiamén, leí con atención el contenido y después lo arrojé el sesto de basura a un lado mio, al parecer mis padres tenían planes para mi esta noche, un nuevo psicólogo.
Había tenido diez en toda mi vida, y no iba a dejar que el noveno lograra algo conmigo, subí a mi habitación sin nada en mi estómago, el enfado me había quitado el apetito, odiaba de la peor forma que hicieran algo sin consultarme, obviamente si eso me involucraba, de otra forma no me importaría. Abrí la puerta de mi habitación y estaba echa un desorden, la ropa estaba por todo el piso, parecía como sí hubiera atravesado mi habitación un huracan en pleno desarrollo, la ventana estaba cerrada así que no había sido un robo, las únicas personas con llaves eramos mis padres y yo, se supone que para la llegada de mi hermana menor ya debía estar yo aquí para abrirle, volví mi atención al desorden y encontré una sortija de matrimonio, la de mi madre, la guardé en mi bolsillo delantero mientras comenzaba a ordenar el lugar. Tardé dos horas pero al fin acabé, me tiré en la cama revisando el móvil, ningún mensaje, introducí mi mano en el bolsillo y saqué la sortija, comencé a pasarla por mis manos pensando que habría de decir al psicólogo ahora, más bien me preguntaba que era lo que él les diría a mis padres. Tal vez usaría la técnica de "Falta de atención", o mi favorita, "Adolescencia y/o Pubertad", me causaba tanta gracia que llegaba a reírme en las consultas. Claro que mi sarcasmo nunca estaba ausente. Es decir, usaba el sarcamo debido a que matar se considera ilegal, dejé la sortija de nuevo en mi bolsillo y me recosté del lado derecho en la cama, una vez más estaba completamente solo, no me refería a la ausencia de personas en la misma estancia que yo, sino a todo el maldito mundo. Pasaron las horas como si fuesen hojas siendo lanzadas por el aire de otoño, cuando revisé mi reloj en la mesita de noche marcaba que eran las seis, me levanté y me duché, terminé de asearme y me preparé mentalmente.-No Doctor, no me siento enojado con nadie-preparé mis mejores mentiras-
-Doctor, en realidad estoy bien, fue un gato que me encontré en la calle el causante de mis heridas en los brazos-
-No estoy triste-
-Soy feliz-
-Quiero vivir-
Hasta tuve la grandiosa idea de sonreír, algo que no hacia desde los siete años. Estaba justamente guardando unos cuadernos en la mochila cuando la camisa celeste que usaba se tornó roja de las mangas, Mierda, de nuevo las heridas se abrían, corrí al baño por papel higiénico y lo presioné contra mi piel manchada de sangre, justo entonces mis Padres entraron a la habitación. Carajo, esto estaba mal, había tenido el descuido de dejar la navaja en el cajón, el cual se encontraba abierto.
-Mierda-susurré presionando más fuerte-
Mi Madre corrió en mi ayuda, mientras mi Padre sacaba su celular y llamaba a una ambulancia, la verdad me parecía demasiado exagerado eso, pero en cuanto di un vistazo a mi brazo el cual estaba completamente lleno de sangre supe que esto era algo mas grave, mi vista se nubló y sentí mi cuerpo hundirse en una necesidad enorme de caer, mis huesos dolían y mi piel palidecía, todo estaba borroso, me sentía exageradamente débil, los párpados me pesaban y no resistí mas.
°
Abrí mis ojos lentamente, encontrandome en la sala de emergencias, mis padres al final de la camilla ocultaban una cara que decía "No hemos dormido en dos putos días".
-¿Me desmaye?-murmuré-
-Si, llevas así dos días , el médico estuvo todo ese tiempo revisando las muestras de sangre que te aplicaron, al parecer tu enfermedad es algo muy poco común-contestó mi madre con la voz rota y ojos llenos de lágrimas-
-¿Enfermedad? Vaya, al parecer saben más de mi de lo que yo mismo-
-Trevor, por favor, esto es serio, podría ser una enfermedad terminal-insistió mi Padre-
Por un momento tenia un nudo en la garganta, esto era lo que quería, desaparecer de la faz de la tierra, pero la noticia estaba siendo muy difícil de aceptar. El Médico de lentes estilo Hipster y pantalones cortos entró a la habitación con la tabla de información, mierda, los escalofríos recorrieron mi espalda y me apresuré en decir:
-Hable ya-
El Doctor alzó una ceja.
-Buenos Días-respondió algo molesto por mi actitud, que se joda- He venido porque ya tenemos cierta información acerca de la enfermedad de su hijo Trevor, afortunadamente conseguí averiguar más sobre el tema, aprendí cómo hacerlo en la Universidad así que eso ayudó bastante, soy un hematólogo reconocido en Harvard así que trataré el caso de su hijo-
Rodé los ojos ansioso y esperé a que acabara su discurso, fue entonces cuando dije:
-Escuche Hipster con bata, ¿Va a decirme que demonios tengo o va a seguir dando alarde sobre su reconocimiento en Harvard?-
El Doctor bufó y comenzó:
-Purpura Trombocitopenica Idiopatica, también conocida por sus iniciales como "PTI", este transtorno sanguíneo ataca por medio de los fluidos en la sangre, son células negativas que se encargan de desaparecer tus glóbulos blancos y tus plaquetas, es decir, hacen que tus defensas bajen anormalmente, la reconstrucción de tejidos se hace lenta, dando resultados como: La curación de heridas en un lapso mas tardado que cualquier otro, moretones por los mas ligeros golpes, aparicion de puntos rojos en la piel, debilidad constante, en los casos más graves hasta la muerte. No hay cura, es una de las enfermedades menos conocidas en el mundo, orígenes completamente desconocidos, solo existe tratamiento. Al parecer no hay medios de transmisión, y tampoco hay causas. Su origen es completa y absolutamente desconocido. Los riesgos mortales no están ausentes en su proceso, los humanos requerimos cierta cantidad de plaquetas para sobrevivir, sin estas el organismo fallaría y nuestro corazón dejaría de latir, su hijo ha tenido suerte, por fortuna llegó justo a tiempo, pues solo contaba con mil plaquetas, en estos casos el paciente no sobrevive, pero al parecer Trevor si.-
Cada palabra del Doctor me hizo estremecerme internamente. Bueno, unos minutos mas y estaría dos metros bajo tierra, que suerte la mía.
Le sugerí a mi Padre que se retirara junto con mi Madre, habían estado llorando lo suficiente para llenar un recipiente de cinco litros, al parecer al Doctor Hipster le agradó mi sugerencia y opinó casi lo mismo que yo, cuando estuve a solas con el médico le pregunté de lo más sutil.-¿Cuántas probabilidades hay de que sobreviva?-
-Para ser sincero, un 15% solamente-
Apreté mis nudillos con tal fuerza que se pusieron blancos, asentí con la cabeza y le indiqué que saliera. Analicemos la situación, había un 85% de probabilidades para que yo estuviera muerto, y francamente no quería lo contrario, le pregunté a mi poco participativo subconsciente qué era lo que opinaba, terminamos teniendo una charla algo disfuncional.Subconsciente: Te estas muriendo y lo único que piensas es en que eso suceda lo más rápido posible.
Yo: Básicamente... -me froté la sien- Si.
Subconsciente: ¿Has pensado en todo esto siquiera?
Yo: Por supuesto, escucha, los tiempos donde lloraba y me maldecia han terminado, si la vida me va a matar que lo haga de una vez.
Subconsciente: Es ahora cuando tengo que joder tus planes ¿Vas a morir sin haber amado?
Yo: -me encogí de hombros- No es seguro que vaya a morir.
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Oscuridad Interna
Teen FictionCuando te resguardas en lo mas oscuro y profundo de ti, nada te puede salvar, no pueden romper tu corazón si no tienes uno, los humanos son heridos porque tienen sentimientos, entonces... Finjir no tenerlos y volverse frio es la solución, a menos qu...