Cayendo en el pecado ♤ jenlisa ♤

Unico

╔═════•°✝°•═════╗

En la sangre de nuestro señor Jesucristo, te bendigo para que regreses con bien y con nuestro señor en tu corazón, que las tentaciones no entren por tus ojos y boca.

—Que así sea sacerdote—Hizo una pequeña oración besando su crucifijo—Que Dios nos bendiga Madre superiora.

—Te veré en dos días hermana, entra por esa puerta con la noticia que has bendecido a nuestro Rey y lo has salvado del pecado.

—Así será Madre, le prometo que regresaré con una gran noticia

—Que Dios te cuide en el camino—La mujer bendijo a la chica antes que cruzara las puertas hacia el mundo del pecado.—

Un pequeño brillo de maldad se cruzó por los ojos de la mujer quien sonrió diabólicamente hacia la chica que caminaba por las calles de tierra

—Tzuyu debes disimular un poco—La mujer voltio instintivamente cuando le hablaron—No queremos que nos descubran.

—Madre Jihyo, que gusto verte nuevamente, hace 100 años no te veía por estas tierras.—sonrió abrazando a la otra chica—Tan angelical como siempre

—Tan diabólica querida, debiste tener compasión de esa pobre alma, después de todo me adoraba ami—Beso los labios sorprendiéndola—Tan agria como siempre.

—Tan dulce como el azúcar.

—Vámonos corazón, debemos aprovechar todo el tiempo que nos queda.

—Una eternidad.

—Si tú lo dices...

El sacerdote solo negó mientras se retiraba, dejando solas a esas dos chicas que se estaban succionando el Alma. Espera, una no tenía.

Afueras del reino, una bondadosa chica caminaba con su rosario en su mano rezando desde que salió del lugar que había sido su casa desde que llegó al mundo.

Le pedía a dios que la bendijera para no caer en el pecado, rezaría todo el día si Dios se lo permitía.

El camino era corto, ya que la parroquia estaba al lado del Reino, por detrás si era específica, agradecía porque no tendría que pasar por todo el Reino antes de llegar con el Rey.

Toco las grandes puertas antes que un mensajero le abriera y mostrará a una chica toda destinada que la hizo caer de culo al piso, el hombre que le había abierto rápidamente la ayudó a levantarse.

—Está bien hermana—Un pequeño sonrojo se instaló en las mejías de la chica—

—Gracias, señor, creo que la mujer estaba algo apurada.—Sonrió un poco—Debe tener mucha cosa que hacer el día de hoy.

—Si bueno, es una prostituta—La sonrisa de la chica se desvaneció mostrando horror en su cara—

—Oh bueno, pienso que será mejor irme si el Rey está indispuesto ahora mismo—con algo de incomodidad trato de salir, pero el hombre cerró la puerta detrás de ella—Señor...

—Claro que no, el Rey estará ansioso por recibirla, aunque creo que deberíamos cambiar su ropa, se ha manchado de lodo—

La chica miró su vestimenta notando la mancha, bufo asintiendo.

—Pienso que tiene razón, señor.

El hombre sonrió mostrando una oscuridad que la chica pasó por alto.

—Me llamo Bambam—Ofreció su mano siendo recibida por la chica—

—Un gusto Señor Bambam, soy Lalisa manobal. Monja de la catedral Nuestro señor Jesucristo.