Capítulo único

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Capítulo 117 B

Advertencia
Este relato trata sobre hechos que tienene lugar en Bajo el Roble, libro 2 capítulo 117 y hace referencia al libro 1 y a Riftan POV. 

Riftan miraba a Maximilian Calypse vistiendo el vestido más provocativo que él le hubiera visto mientras Sejour Aren la conducía rumbo a reunirse con los nobles en el banquete de victoria. Esa preciosa figura con piel del color del mármol y esos pechos redondos que él había acariciado y besado hasta el éxtasis estaban expuestos a la vista de todos los nobles. Los pensamientos de Riftan iban desde el deseo de tomarla al ver su figura esbelta, hasta el odio hacia todas las personas que ponían una mirada lasciva sobre ella. Veía cómo los nobles más decentes esquivaban su escote y la miraban a sus profundos y encantadores ojos grises, que también eran la fuente de su pasión. Riftan luchaba por mantenerse quieto como una piedra mientras en su interior sus sentimientos quemaban como un volcán a punto de entrar en erupción. Estaba perturbadoramente cautivado por esta escena que los sonidos de su entorno no llegaban a él.

Hebaron que lo seguía observando dijo como para provocarlo –La señora está tan bella que yo mismo quisiera acariciarla–. Uslin volteó rápidamente su cabeza hacia él con sorpresa y enojo. 

–Evidentemente el comandante no nos está escuchando– dijo Hebaron. Uslin comprendió que sólo había dicho esto para comprobar que Riftan no estaba prestando atención a nada más.

–Continúen con la vigilancia que se les había encargado y estén atentos a disimular si el Comandante y yo hacemos algún escándalo– dijo Hebaron sonriendo. Los caballeros se retiraron a otros sitios del salón.

Maximilian sonreía y se sonrojaba por los halagos que recibía de varios nobles a su alrededor provocando un intenso deseo en Riftan. Los muchachos se inclinaban frente a ella y besaban el dorso de su mano y cuando levantaban la vista podían encontrar sus pechos voluptuosos y luego sus ojos profundos. El deseo y el enojo crecían tanto en Riftan que estaba en el límite de su contención decidido a sacarla de allí a la fuerza, pero cuando hizo el primer movimiento un inesperado y tremendo golpe lo detuvo.

Hebaron lo había golpeado en su rostro tan fuerte que lo tiró al piso. Antes de que Riftan lograra levantarse para quitarlo de su camino y dirigirse hacia Maximilian, Hebaron se acercó rápidamente con una sonrisa maliciosa y lo retuvo a la fuerza en el piso mientras ponía en la mejilla izquierda de Riftan una copa fresca para aliviar el dolor del terrible golpe que le había propinado.

–Póngase eso en su cara para estar presentable para su señora. No se preocupe jefe, evité golpear su perfil derecho que es el preferido de su esposa– le dijo Hebaron con simpatía maliciosa. Riftan le dirigió una mirada de sorpresa y enojo "¿De qué diablos está hablando?".

–Lo voy a ayudar jefe, pero necesito que me escuche un momento. Tuve que golpearlo porque no parecía atender a nada de lo que sucediera–. El golpe realmente lo había dejado adolorido y aturdido. Aunque sabía que no le tomaría mucho esfuerzo someter a Hebaron, ahora veía que habría sido un escándalo desagradable si él se hubiera acercado impetuoso tomando a Maxi por la fuerza para sacarla de allí.

–Durante años desde que se unió a los Caballeros lo he invitado a acompañarme a buscar la compañía de mujeres y nunca quiso acompañarme. Por un tiempo sospeché que le gustarían los hombres–. Riftan no quería escuchar sus estupideces, pero no tenía bien claro que hacer.

–No quiero volver a golpearlo– dijo Hebaron tendiéndole una mano para que se levante del piso –pero estoy dispuesto a hacerlo si hace falta, así que quédese quieto un momento y escúcheme–. Riftan asintió con desgano y suspiró mientras se levantaba esperando que su discurso terminara pronto. Su mirada buscaba atenta la presencia de Maxi.

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