Uno.

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Las calles de Hongdae eran iluminadas por los cientos de locales de comida y diversión que se encontraban a los alrededores. No había planeado salir para celebrar la noche de Halloween, pero dado que sus amigos lo habían animado tanto para acompañarlos, sintió que no le quedaba de otra. No quería ser el aburrido del grupo y, además, sentía que se los debía luego de haber pospuesto tantas invitaciones sólo porque no tenía las ganas, ni el interés.

Min Yoongi era estudiante de tercer año en la universidad. Con 18 años, ya había tenido bastante claro lo que quería para su vida y, ahora a sus 21, seguía estando muy seguro de sus decisiones. Se había dedicado de lleno a la psicología cuando descubrió que era lo que le apasionaba. Si bien había tenido amigos en la escuela, no había conservado lazos con ninguno de ellos. No es que lo lamentara. A esas alturas, sabía muy bien que nunca llegó a hacer buenas migas con sus ex compañeros de salón. Todos eran demasiado primitivos e inmaduros para su gusto.

Todos excepto uno.

Dio un suspiro, examinando los rincones de la estrecha calle en la que estaban transitando. Una sonrisa se le escapó, porque, aunque no fuera un chico que le encantara salir, el lugar era precioso.

—Yoongi, eres muy aburrido —habló Hoseok, con un pequeño puchero en sus labios. Llevaba un disfraz de payaso de colores negro y rojo, con su cabello azabache ayudándole con el look—. Ni siquiera vienes disfrazado, podrías haberte puesto una máscara, aunque sea.

—Sabes que a Yoongi no le gustan esas cosas —Namjoon le dio un codazo entre risas—, ya es una bendición tenerlo aquí entre nosotros.

—Cállate, tú estás con tu novio, por eso lo disfrutas más. Además, Jungkook te hizo el favor de arreglarte. Incluso vienen a juego.

—Siento mucha envidia en tus palabras —Jungkook comenzó a reír también. Él y Namjoon iban disfrazados de Víctor y Emily de El cadáver de la novia—. Descuida, Hobi, ya llegará ese ser amado que quiera disfrazarse junto a ti en Halloween.

—Cállate, cállate. Estoy muy envidioso. Incluso Yoongi pudo haberse disfrazado junto a mi para hacerme el gusto. ¡Soy tu mejor amigo!

—No me interesa hacer de payaso, eso te queda perfecto justo ahora.

Los cuatro chicos comenzaron a reír, haciendo del ambiente mucho más ameno. Se lo estaban pasando bien, sólo les quedaba encontrar un lugar donde detenerse a comer y beber con tranquilidad. Yoongi se sentía ligero, como si no hubiera tenido un momento tan cálido como ese en mucho tiempo. Después de todo, se la pasaba inmerso en temas de la universidad, le hacía falta despejarse más a menudo. Quizá no era mala idea conseguirse una máscara o comprar alguna para estar más acorde a la situación. En eso, unos drones comenzaron a hacer pequeños juegos de luces en el cielo. De seguro la ciudad los había programada. Hacían formas de calabaza, incluso de nombres de películas de la época. Todo era algo digno de admirar. Detuvieron su andar sólo para contemplar el show con tranquilidad. A Yoongi se le escapó una pequeña sonrisa mientras veía todo.

Caminaron un par de calles más hasta que dieron con una discoteca. A todos les pareció una buena idea pasar para bailar un rato, disfrutar de buena música y comer una que otra cosa. Disponían de dinero, así que podían darse ese lujo. Cuando los chicos entraron, Yoongi le dio un vistazo breve al lugar nuevamente antes de ingresar. Se sentía nostálgico, por alguna razón. Recordaba las épocas de su adolescencia donde solía disfrutar más de aquellas cosas en la vida; un baile, beber junto a amigos o una pareja, simplemente divertirse un rato. Cuando la vida adulta llega, no es tan fácil encontrar las instancias para pasar el rato, menos con horarios tan diferentes entre amistades. Decidió no darle más vueltas al asunto, agarrando una mesa con sus acompañantes. No iba a pensar más en el pasado, debía vivir el momento y ya.

Orange night | YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora