Dos.

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—Me gustaría escucharla —avanzó un paso más hacia él—. Me gustaría escuchar tu respuesta.

Yoongi se quedó estático, con su corazón latiendo rápidamente mientras trataba de ocultar lo mucho que las palabras de Jimin lo habían descolocado. ¿Dar una respuesta? ¿De qué exactamente? Se hacía una idea, pero no se sentía capaz de enfrentarlo. Hace tres años, cuando aquel muchacho le confesó su sentir, sintió que parecía una especie de broma. Ambos eran unos adolescentes con un futuro incierto. ¿Jimin trataba de insinuar que su sentir seguía siendo el mismo después de aquellos tres años? Pasó saliva, mirando hacia el cielo, sintiendo la mirada de su acompañante sobre él.

—Jimin... Éramos jóvenes en ese tiempo.

—Lo seguimos siendo —contestó con cierta obviedad—, sé que han pasado tres años desde la última vez que nos vimos... Y que no hablamos en el recorrido de estos años, pero mis sentimientos no han cambiado.

—Jimin...

—Me gustas. Estoy enamorado de ti, Yoongi.

Otra vez. Yoongi sentía que el aire se le escapaba de los pulmones y se quedaba sin aliento. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo pretendía causarle ese revoltijo de emociones que le costaba expresar o siquiera comprender? Le sostuvo la mirada en todo momento, tratando de no descomponerse o caer al suelo —sería demasiado exagerado, de todas formas—. ¿Qué haría con su acelerado corazón? ¿Cómo se supone que iba a darle una respuesta si ni siquiera era capaz de aclarar todo lo que estaba sintiendo en ese momento? No tenía la misma valentía que Jimin. Aquel muchacho era como una roca, no había nada que lo derribara. Siempre que se proponía algo, lo lograba. Se sintió estúpido. Estúpido al dudar por un gran lapso de tiempo que el pelinaranja regresaría.

—Han pasado tres años...

—Te lo dije... Mis sentimientos no han cambiado en estos tres años —el menor abultó un poco sus labios ante las palabras ajenas—. No importa si fueron las palabras de un adolescente con un sueño ridículo y palabras egoístas, ahora te lo dice el Jimin que tiene una carrera universitaria y está seguro de lo que quiere... Me gustas. Me gustas tanto que siento que me estalla el corazón justo ahora.

—No somos las mismas personas de aquel entonces.

—¿Cuánto... Cuánto más tengo que esperar para poder escuchar lo que realmente sientes o piensas? El tiempo, el cambio y todo lo demás son excusas. Te lo dije también, no importa si mis sentimientos no son correspondidos... Quiero permanecer a tu lado porque ese es mi deseo, pero desde que éramos pequeños hasta ahora, nunca pude escuchar de ti qué es lo que querías. Si quieres rechazarme, hazlo. Si me quieres lejos, aléjame, pero... No me dejes sin una respuesta

•••

Hace tres años.

—No me dijiste nada.

—¿Uhm? ¿Sobre qué? —Yoongi enfocó su vista en Jimin.

—Te dije que me gustas, pero no dijiste nada en lo absoluto. ¿No quieres pensar en lo enamorado que estás de mi porque me iré por un tiempo?

—Tú... ¿Desde cuándo eres tan descarado? Diciendo ese tipo de cosas sin una pizca de vergüenza.

—¿Por qué debería darme vergüenza? Es lo que siento, no tiene nada de malo. ¿No te gusto? ¿Ni siquiera un poquito?

Yoongi dejó lo que estaba haciendo para así voltearse a mirarlo, dando un largo suspiro. Lo cierto era que, lo que sea que estuviera sintiendo por Jimin, se sentía como un vaso de agua llenándose poco a poco. Tenía deseos de expresarlo, pero, ¿qué seguía luego de hacerlo? ¿dejar que el pequeño se fuera y tener que esperar por él? Tragó saliva, con sus manos ligeramente temblorosas y con su corazón latiendo rápidamente dentro de su pecho. Quería extender un poco más el momento, darle más rienda a sus sentimientos. Si los decía ahora, cuando el menor estaba a punto de irse, ¿no sería como si todo quedara en nada?

Orange night | YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora