1 : Amelia

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Llevaba dos meses y medio viviendo en Wilmington y ya había ido a más fiestas que en todo el resto de mi vida, o sea dieciocho años. Esta era la última del verano, en unos días comenzaban las clases y siempre se organizaba un festejo en la playa para despedir el calor y los días de surf.
Eran las once y media de la noche cuando recibí esa llamada de mi madre, mi hermana Sally se había escabullido para ir a la playa aquella noche.

-Tiene quince, ¡está loca!- Me queje con mi amiga Marie mientras la arrastraba del brazo entre la gente para ver si encontraba a mi demente hermana.

-Tranquila Amelia, Sally ya aparecerá. Debe estar con la hermana de Hannah, la llamaré.

Hannah es otra de nuestras amigas. Hannah, Marie, Lisa, Luke y Eric me adoptaron a los tres días de haber llegado aquí. Yo estaba leyendo sentada en la arena, cuando un batido voló hasta mi pobre libro que pronto se coloreó en un tono rosado.

-Lo siento-Oí al mismo tiempo que alcé mi cabeza.

La casa de Marie está en la playa así que el bendito batido había caído desde su terraza. En ese momento ella y el resto bajaron a ayudarme. Desde el primer instante nos entendimos y pasamos el resto del verano juntos haciendo surf y saliendo de fiesta. De echo, había convencido a mi madre para que me pasase a su instituto. Aunque ella ya me había anotado en otro, no me costó mucho de todos modos, ya que le emocionó que pudiese hacer amigos con tanta fluidez, cosa a la que no estaba acostumbrada. En mi anterior ciudad sólo tenía una amiga, Cam y habíamos sido unidas desde los tres años. 


-Hannah no me responde.

-Normal, la vi saliendo de la fiesta con Thomas-Le comenté mientras seguía buscando a Sally.

-¿El guardavidas?

-Exacto.

Oí la risa de Marie detrás mío. Era muy guapo el tal Thomas ese, yo lo había visto algunas veces.

A Hannah siempre la veía salir con diferentes chicos y eso me parecía bien hasta que me contó entre lágrimas que era porque no olvidaba al hermano de Marie: Hassel.

-¡Allí está!-Exclamó Marie exaltada-En el muelle.

Entonces giré mi cabeza y vi a mi hermana pequeña bailando con un chico bastante mayor, evidentemente era más grande que ella.
Subí al muelle tan rápido como pude, con la respiración algo agitada y llegué hasta donde estaba Sally.

-Espero que entiendas que estás en serios problemas-Dije viendo cómo su rostro quedaba estupefacto.

-Amelia no molestes-Gritó evidentemente ebria-Estoy pasándomelo bieeeen-Dijo alargando las e.
Llevaba un vaso en su mano derecha y el tipo con el que estaba me miraba de arriba hacia abajo.

-¿Y tu quien eres?-preguntó el por fin.

-Su hermana mayor y nos vamos-Arrastré a mi hermana del brazo hasta llegar a la salida de la playa. Marie llamó a nuestros amigos que estaban bailando donde estábamos también nosotras antes del llamado de mi madre.

-Dijeron que ahora vienen, vamos al coche.

Mi coche se encontraba a pocos pasos de donde estábamos así que, llevamos a mi hermana con algo de dificultad y la subimos en él.

-¿Que pensabas?-Le pregunté una vez que comencé a conducir-No puedes escaparte así de casa.

-Para ti es fácil, puedes salir cuando quieras. En cambio yo tengo que quedarme en mi habitación, con mi cabeza funcionando a toda marcha-Balbuceó antes de dormirse.

Jugando a quererteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora