༉‧₊˚. Luego del asesinato de su hermano.
mayor Shinichiro, la vida de Emma
da un drástico giro y cambios por el
odio que desarrolla su hermano
por ella.
Sin esperar que en el Halloween
Sangriento...
— ¡CIERRA LA PUTA BOCA, EMMA! —La fuerte voz del rubio resonó en la habitación—
Con los ojos cerrados, el cuerpo temblando, mis lágrimas amenazaban con salir, sintiéndome vulnerable bajo los gritos de Manjiro
— Maldita sea, no hay nada sepas hacer nada bien —Azotó el pequeño plato de comida que le había preparado, el vidrio se esparció por el suelo. Dedicándome una última mirada, desapareció de ahí—
Mis lágrimas mojaron mis mejillas.
Pero me lo merecía.
Quería que todo fuese como antes, volver a sentirme libre.
Recordaba esa noche como si fuese ayer.
La noche que perdí a Shinichiro ante mis ojos.
La noche donde Mikey dejo de quererme.
Me sentía sola y vacía.
Recogí el gran desastre que el había dejado y subí lenta y silenciosamente a mi habitación.
Puse el pestillo a la puerta y me tiré bocabajo sobre mi cama comenzando a llorar nuevamente.
Todo se volvió oscuro.
Abrí mis ojos perezosamente, cansada, física y emocionalmente, no sabía cuánto tiempo había transcurrido para ese entonces.
Me levanté lentamente dirigiendome al baño.
Al observarme al espejo suspiré.
Mis largas fibras de cabello estaban desordenadas, las pequeñas hematomas de mis brazos empeoraban, mis ojos cansados y unas pequeñas pero notorias ojeras debajo de éstos. Incluso estaba un poco más delgada.
Ni siquiera yo sabía cómo había llegado a este punto.
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Sequé delicadamente mi blanquesina piel, para luego vestirme con algo abrigado, era de noche y el frío comenzaba a hacerse presente, diría que está es la mejor parte de mi día.
Las reuniones de Toman.
Coloqué un poco de corrector sobre mi cara y brazos, haciendo el intento de cubrir mis ojeras y hematomas, por último, me puse un poco de brillo labial.
Me miré al espejo con ilusión, pero no me convencía. No me sentía bonita, suspiré y tomé celular, guardandolo en el bolsillo trasero de mi suéter.
