Es Halloween y casi todos los bares de Bangkok lo festejan con fiestas de disfraces, Mew feliz se dirige a reunirse con sus amigos como todos los años, mientras que Gulf quien acaba de llegar a la ciudad es arrastrado por su mejor amigo Apo.
Alfa y...
Unas horas después Gulf despertó y sonrió al verse envuelto por los brazos de Mew, acaricio con suavidad su durmiente rostro y luego beso la punta de su nariz, cuando se iba a acurrucar más cerca de él vio el reloj de la pared y se espantó al ver que ya eran las 7:15 de la mañana, con cuidado de no despertar al alfa salió de la cama, rápidamente se vistió e hiso todo lo que debía hacer antes de besar los labios del durmiente Mew y abandonar la habitación.
El alfa despertó y notó que estaba solo en la cama, si tan solo se hubiera colocado de pie en ese momento y se hubiera asomado al pasillo, habría visto a Gulf, debido a que fue el golpe de la puerta al cerrarse lo que lo había despertado, miro a todos lados buscándolo en la habitación, se levantó y reviso el baño, un fuerte dolor invadió su corazón al notar que estaba solo, miro la mesita de noche con la esperanza de que Gulf le hubiera dejado una nota, pero solo estaba su celular.
— ¿Solo fui un acostón de una noche para él...? —, se vistió tan rápido que no intentó buscar su camiseta, necesitaba salir rápido de la habitación ya que aún sentía el dulce olor del omega por toda esta y eso estaba deprimiendo más a su lobo que exigía que lo siguiera buscando y que lloraba en su interior.
Con una leve esperanza se acercó a la recepción para entregar las llaves y preguntar si Gulf le había dejado algún mensaje, pero no había nada, la amable recepcionista le dijo que el joven había pedido un taxi y que se veía muy apurado.
La noche anterior Mew había entrado al hotel feliz y lleno de ilusión pero ahora se iba destruido y vacío, se sintió estúpido al sentir que había perdido lo más importante de su vida, cuando solo habían compartido un par de horas.
Por un momento pensó en buscarlo, tomo su celular pero se dio cuenta que solo sabía su nombre y que era de Chiang Rai, pensó que podía pedirle ayuda a Saint pero dejo esa idea de lado cuando se dio cuenta que si el omega hubiera querido que lo buscara le habría dejado una nota, casi muerto por dentro subió a un bus para volver a su casa y sumirse en lo que él pensaba que era un ridículo dolor ya que por ninguna de sus anteriores parejas había sentido tanto como por aquel omega que solo estuvo a su lado tan poco tiempo.
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Cuando llego a su casa pudo escuchar risas provenientes de la habitación de su hermana, dándole a entender que su novia aún estaba con ella, esbozó una pequeña sonrisa y entro a su habitación, se metió bajo las mantas e inevitablemente lloro hasta dormirse.
— ¡Mew, Mew!, ¡maldición Mew ya despierta! — Gritaba Mia mientras lo zamarreaba.
— Déjame dormir, no me siento bien —
— Eso ya lo noté, hueles a mango podrido — dijo omitiendo el empalagoso olor a chocolate que lo impregnaba.
— Debes bajar a comer ahora, el hermano mayor de Lucy nos vendrá a buscar pronto, además Zee no ha dejado de llamar en toda la mañana, parece una mamá pata a la que se le perdió uno de sus patitos, dijo que te fuiste sin avisarle a nadie — Sonrió y su hermana abandono la habitación, no le sorprendió la preocupación de su amigo ya que este desde niños siempre lo cuido como si fuera su hermano mayor.
