Después del evento de intercambio, el director de la escuela de hechicería de Tokio mandará investigar quién de los alumnos es un posible traidor, debido a los rumores que escuchó mandando a dos profesores que no se llevan del todo bien. Es por eso...
Lamento la tardanza en subir el cap. Tuve unos pendientes que realizar, pero...
Lo prometido es deuda!!
Espero que el cap sea de su agrado.
Nos vemos en el próximo capítulo!!
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Recargado cerca de la puerta de madera, el hombre rubio se descruzó de brazos, dio un paso al frente y se inclinó haciendo una ligera reverencia.
—Puede contar con ello, Lord Gakuganji —respondió Nanami.
El distinguido conde se reincorporó y salió de manera inmediata del lugar.
El vampiro mayor quedó complacido porque tenía algo menos de qué preocuparse; sin embargo, mientras ambos líderes seguían platicando sobre sus estrategias, Suguru Geto mantuvo fija su mirada hacia la puerta.
Un vampiro de clase alta podía oler la sangre a varios kilómetros, y de igual forma, podía ver la traición que era evidente ante sus ojos.
Después de cerrar la puerta, el conde Nanami caminó por los largos pasillos de piedra hasta llegar a una amplia escalera en espiral que lo llevó a la sala de estar del castillo. Ahí, el rubio giró levemente a la derecha y se dirigió hacia una elegante puerta blanca que conectaba con el gran salón, donde fue recibido por varios candelabros de oro y grandes estatuas de mármol, guardianas y tenebrosas.
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Con discreción, y asegurándose que no quedaba ningún invitado por el lugar, el conde Nanami apagó cada una de las luces, dejando únicamente que la luz de luna traspasara por los altos ventanales, ya que con esa mima luz, el conde ubicaría la estatua que ocultaba el pasadizo secreto que conducía al sótano, el cual resguardaba la piedra escarlata.
