Prólogo

63 6 5
                                    

Viernes por la noche

Pablo Gavi, joven futbolista del Barcelona, se mordía la uñas nervioso mirando a sus dos mejores amigos y compañeros de equipo. No se podía creer el regalo de cumpleaños que le acababan de dar. Era algo que jamás se esperó que le pasara.

- Estáis locos -les dijo Pablo a Nico y a Pedri, sus dos mejores amigos

- Ya va siendo hora de que pierdas tu virginidad. Siempre te estás quejando de que no lo has hecho antes porque crees que lo vas a hacer mal -le digo su amigo Nico riéndose al ver su cara de pavor

- Pero es que, me habéis contratado una puta tío

- ¡No te quejes tanto Gavira! Esto quedará entre nosotros y ella -le dijo Pedri palmeando su espalda

- Es que... joder... Lo que menos pensaba en la vida es perderla con una prosti

- Ella te dirá que hacer -le habló esta vez Nico- tú relájate y disfruta. Está pagada para toda la noche

Pablo resopló nervioso. Sus dos amigos eran especialistas en locuras pero esta se llevaba la palma. Aunque tenía que admitir, que si lo pensabas con frialdad, no era tan mala idea. Perderla con una prostituta seria el ensayo para cuando se acostara con otra chica.

Porque una vez que lo hiciera, no pensaba rechazar más a ninguna que se le insinuara. La veda se abría para Pablo Gavi.

- Pues nosotros nos vamos. La chica tiene que estar al llegar -le dijo Nico cogiendo su chaqueta

- Que la disfrutes tío -le dijo Pedri con una burlona sonrisa

- Eso haré y... gracias

Pablo se despidió de sus amigos recibiendo los últimos consejos y recomendaciones. Al cerrar la puerta y quedarse solo le invadió algo de agobio.

Todo esto era inusual. Había escuchado que la gente hacía eso, regalar sexo a sus amigos. Al principio pensó que era una broma de Pedri y Nico, pero cuando le enseñaron la página web y el pago realizado, casi le da un ataque.

Y aquí estaba él, un día después, esperando a una chica que no tenía ni idea de como era. Según Pedri daba igual el físico, solo que follara bien. Al parecer, su amigo era un habitual de estos servicios y decía que lo desestresaban mucho después de un partido. Lo mismo, si al él le iba bien, tendría que usarlos más a menudo.

El timbre de la puerta sonó rompiendo sus pensamientos. Tomó una bocanada de aire y se dirigió a abrir nervioso perdido. Puso la mano en el manillar, abrió despacio y se quedó mirando a la preciosa chica que le sonreía tras de la puerta. Pero esa sonrisa murió en sus labios cuando ambos se reconocieron.

- ¿Pablo? -le preguntó la castaña con el corazón latiendole muy deprisa

- ¿Leire? ¿Qué coño haces tú aquí?

Escándalo -Pablo Gavi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora