2. La Niña De La Escuela

52 5 6
                                    

Pablo

Estoy acompañando a Leyre a su casa. Aún no puedo creerme todo lo que ha pasado con ella.

En clase a una más. Destaca en matemáticas y es algo empollona, pero no es de las que llame la atención. Al contrario, siempre intenta pasar desapercibida. Y ahora entiendo porque.

Lo que me ha contado me ha dejado un poco descolocado. Es una pena que por su situación tenga que recurrir a esto. A vender su cuerpo para poder comer. Aunque según me cuenta, solo lo hace un par de veces a la semana, lo suficiente para poder vivir.

- ¿Qué les dirás a tus amigos cuando te pregunten?

Leire lleva las manos en sus bolsillos. Me mira torciendo el gesto intentando sonreírme.

- Les diré que fue un polvazo de la hostia y ya está

- Lo hubiera sido Pablo -ella se ríe sin dejar de mirarme y por un momento, me lo estoy imaginando y me estoy poniendo malo

- Te creo -le contesto intentando no parecer incómodo

Durante unos minutos ninguno de los dos dice nada y entre nosotros se instala un silencio que no soporto. Yo soy mucho de hablar y estar tanto rato sin hacerlo me desquicia.

- ¿Quién te dijeron que era? -le pregunto

- Solo un compañero de equipo. Pedri no fue más específico

- ¿Tú y Pedri?

Leire aprieta sus labios y baja su cabeza. Estoy pensando que a lo mejor no debería haber preguntado.

- ¿De verdad lo quieres saber Pablo?

- Supongo... bueno, no... sería raro

- No le dirás nada a nadie, ¿verdad?

- Por eso puedes estar tranquila, Leire

Seguimos caminando bajo el frío de la noche. Me aprieto en mi anorak y ella se para en un portal. Saca una llave del bolso y me mira con uan media sonrisa.

- Aquí vivo Pablo. Gracias por acompañarme

- De nada

Aún con las manos en mis bolsillos, sigo mirándola. Leire es guapa. Cuando va a clase no lleva tanto maquillaje como ahora y por eso sé que es muy bonita.

- Supongo que nos veremos el lunes en clase Leire -le digo sin querer irme aún

- Supongo

Ella abre la puerta y se da la vuelta antes de meterse en el portal. Se muerde los labios y me mira como queriendo decirme algo.

- Pablo. No necesitas pagar a nadie para que se acueste contigo. Cualquiera lo haría gratis, hasta yo

⚽⚽⚽⚽⚽⚽⚽⚽⚽

Si me fastidia ir hoy a entrenar es porque tendré que soportar el interrogatorio de Pedri y Nico. Y no sé lo que les voy a decir. Como quieran detalles me pillan. Y no estoy dispuesto a contar nada de Leire.

Entro al vestuario y dejo mis cosas en mi sitio. Me siento y empiezo a quitarme la ropa hasta que me veo venir a mis dos amigos, los cuales se sientan a mi lado. Pedri me da una palmada en el muslo que me hace daño y todo y se pone a reír.

- ¿Cómo te fue niño? O bueno, ya no lo eres

Pedri me guiña un ojo y yo desvio mi mirada fastidiado.

- Fue bien -le contesto sin querer hablar más

- Detalles Gavira, detalles -Nico alza una de sus cejas y se ríe

- ¿Qué coño queréis que os cuente? ¿Queréis saber por dónde se la metí? ¡Dejadme ya! Lo he hecho y punto. Nada más

Me pongo en pie y termino de vestirme. Nico me da una mirada de asco y se levanta para irse también.

- Pues necesitas hacerlo más bro -me dice él palmeando mi hombro- perder la virginidad te ha sentado como el puto culo

- Dilo más fuerte que Xavi no te ha oído -le digo fastidiado

Me ato las botas y giro mi cabeza para mirar a Pedri, cuya inquisitiva mirada aún sigue en mi.

- ¿Qué me miras Pedrito?

- Nada -me contesta impasible- venga que llegamos tarde

Pedri se levanta y segundos después, yo lo sigo. Ninguno habla durante todo el camino. Aunque a mi hay algo que no para de dar vueltas en mi cabeza y se lo tengo que preguntar o reviento.

- Luego tengo que preguntarte una cosa Pedri

- Cuando quieras niño

Pedri y yo somos de los últimos que aún quedan en el vestuario. Me siento a su lado y miro que nadie se de cuenta de lo que hablamos.

- Oye Pedri, tú....

- ¿Yo qué niño?

Me llevo las manos al pelo resoplando. Me da una vergüenza que te cagas hablar de esto con él pero la curiosidad puede más.

- ¿Qué si tú has estado con la chica con la que yo estuve ayer?

Me muerdo el labio intentando no hacerme sangre y rezando para que diga que no.

- Si no es rubia, no es la mía. Yo es que siempre pido la misma

- No, no es rubia, es castaña. Con los ojos verdes

- No sé quién es. Pero, me la recomendó Anais

- ¿Anais?

- La rubia que me estoy tirando. Me dijo que la tuya era perfecta para desvirgarte porque es muy dulzona, ¿lo fue?

- Si, todo bien... ¿Y tú... la llamas mucho?

- Un par de veces a la semana. Mira, prefiero estar con alguien que conozco y que sabe lo que quiero, a empezar con otra. Da pereza. A Anais le doy los 300 euros besados

Miro Pedri algo incrédulo. Este tío podría tener a la tía que le diera la gana, y paga por acostarse con una. De locos. Seguimos hablando un rato más hasta que recojo mis cosas para ir a mi casa.

Tengo la suerte de vivir muy cerca del campo de entrenamiento, aunque, desde el club se empeñan en llevarme en coche cuando termino por culpa de las fans locas que me persiguen.

Esta tarde tengo clase y por primera vez en mi vida, estoy deseando que den las 15.30 para ir al insti.

Escándalo -Pablo Gavi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora