𝚃𝚜𝚞𝚔𝚞𝚢𝚘𝚖𝚒 - Itachi Uchiha One Shots

𝐈. 𝐄𝐥 𝐩𝐫𝐨𝐟𝐞𝐬𝐨𝐫 𝐔𝐜𝐡𝐢𝐡𝐚.

◐ ᴀᴅᴠᴇʀᴛᴇɴᴄɪᴀꜱ ◑

Contenido +18: Relaciones sexuales explícitas, palabras ofensivas y diferencia de edad entre los protagonistas (ambos son mayores de edad. 

Si no disfrutas leer este tipo de material sugerimos abandonar la lectura, así como tener respeto hacia las escritoras de los escenarios.

@RayBravo0 y Kaori.

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𝐍𝐚𝐝𝐢𝐧𝐞 𝐕𝐚𝐧 𝐝𝐨𝐫𝐞𝐧.

— Realmente tengo que irme Itachi — dije por tercera ocasión escapando de sus brazos — Hana me está esperando en su casa desde hace treinta minutos, ¿qué le diré si pregunta donde estuve?

— Le dirás que estuviste en mi cama deshaciéndote del estrés que te provocaron los parciales — respondió juguetón tomándome de la cintura y besó mi cuello haciendo que mi piel se erizara.

— Bobo...

Sonreí incorporándome de nuevo y tomé mi ropa que estaba regada por toda la habitación, no tardé mucho en colocarme el vestido floreado y mis botas oscuras, peiné mi cabello con los dedos y terminé corrigiendo mi maquillaje con una toallita.

— Me voy, nos vemos el lunes en la escuela — susurré depositando un cálido beso sobre sus labios.

— ¿Estás ocupada el fin de semana? — preguntó aprisionando mi muñeca.

— Tengo el sábado y domingo libres, ¿por?

— Quiero invitarte a cenar, te llamaré mañana temprano, me avisas cuando estés en tu casa, ¿Ok?

— Sí, profesor.

Esbozó una sonrisa y negó con la cabeza un par de veces; siempre hacía eso cuando lo llamaba "profesor"; ambos sabíamos que lo nuestro era incorrecto, después de todo, las relaciones alumna-profesor, estaban estrictamente prohibidas en la universidad.

Sin embargo, fue inevitable.

Todo comenzó cuando el director nos presentó al nuevo profesor de cálculo: Itachi Uchiha, con una presencia imposible de ignorar, alto y de cabello totalmente oscuro. Aún así, no fue su atractivo físico lo que llamó mi atención, ni la forma en que hablaba tan sereno y educado;  tampoco fueron sus grandes y fuertes manos, o las venas de sus brazos que se marcaban cada vez que se apoyaba del escritorio.

Fueron sus ojos, negros y misteriosos, encontrándose con los míos todo el tiempo. 

— Señorita Nadine Van doren, necesito que se quede al término de la clase, tenemos que hablar sobre las calificaciones de su proyecto.

— Sí, profesor.

El último estudiante salió del aula, dejándome a solas en el cuarto asiento de la izquierda, jugueteaba con el lápiz entre mis manos, tenía las piernas cruzadas y la cabeza de lado. El profesor, que estaba ausente hasta hace unos segundos, regresó y soltó el botón superior de su camisa a la vez que dejaba escapar un suspiro.

— ¿De qué quería hablar, profesor?

Tal vez no recordaba que estaría ahí, pues noté la tensión de sus hombros mientras giraba su rostro con suavidad y sonreía de lado.

— Acérquese, por favor.

Me levanté del asiento, guardando todas mis cosas y dirigiéndome hacia el escritorio, mis piernas temblaban igual que mis manos, el ambiente se sentía diferente, ¿qué es lo que quiere decirme? ¿se habrá dado cuenta de que me paso toda la clase mirándolo?