Huérfanos

5. Nuevos amigos y un gran reencuentro

Siento Enemy de Imagine Dragons resonar por toda la habitación. Me levanto de la cama para ver quién  me llama

La sarna

– ¿Qué quieres Adrián?– pregunto.

– ¿Te acabas de despertar?– pregunta.

– Si, imbécil. ¿Qué quieres?

– Ayer te apuntaste en las prácticas de fútbol.– dice.

– Nah, no me jodas. Lo olvidé por completo– digo.

– Por eso te llamé. Las prácticas empiezan a las ocho, ve con el uniforme de deporte. Paso buscarte en treinta minutos.

Me levanto de mi cama, veo la hora en mi teléfono, 6:59 a.m. Necesito poner recordatorios para todo.

Me baño y me pongo el uniforme, me recojo el pelo. Cojo mi mochila negra y le hecho dos pomos de agua, dinero, mi móvil y la ropa que me voy a poner después del entrenamiento.

Bajo a desayunar, nadie está despierto y las luces están apagadas. Supongo que María y Sonia estén en la constructora. Me preparo un sándwich de jamón, doble queso, hamburguesa y lechuga, un batido de mamey y un café. Termino de desayunar y subo a lavarme las dientes, me hago una cola de cabello y siento el timbre sonar. Cojo la mochila y bajo hacia el cuartos de seguridad para ver las cámaras. Cuando compruebo que es Adrián, abro la verja.

– Hola– saluda cuando habro la puerta.

– Hola– saludo también.

– ¿Estás sola? ¿Sofía no está?– pregunta casi empujándome para entrar.

– Eso no es importante. Vamos que no quiero llegar tarde.– lo empujo bastante suave para que me deje pasar y sierro la puerta.– ¿La moto es tuya?

– Eeemm...si, supongo. Ponte el casco– dice.

La moto es como esas que salen en las películas de espías: súper grandes, toscas y negras; los cascos son de esos que tienes un cristal que se baja y se sube, no se ve tú cara por lo negro que es, pero ves perfectamente para afuera.

– Te caen mal ¿no?– dice Adrián y me saca de mis pensamientos.

– ¿Quién?– pregunto haciéndome la tonta, se que habla de Sofía.

– ¿Sofía y Sonia?– dice.

– No me caen mal– digo irónica– Realmente no las puedo ni ver, me hierve la sangre cuando me hablan de ella o se me paran al frente. La pendeja de Sofía, se cree la dueña del mundo, se cree que ella es el Sol y el resto de las personas son el planeta que giran alrededor de ella. La mamá es otra imbécil, ¿puedes creer que la muy idiota nos...– me callo cuando me doy cuenta que no tengo la suficiente confianza en el como para contarle mi vida.

– Puedes deshaogarte, solo no me aprietes el estómago que así no puedo.– dice.

– Oh, cierto, disculpa– digo un tanto avergonzada.

No sé en qué momento me aguanté de Adrián, pero me dió mucha vergüenza.

– Tranquila no pasa nada– dice al notarlo– Ya llegamos.

Nos bajamos de la moto y vamos directo al campo de fútbol.

– Buenos días profe. Ella es Ágatha Fitgerarld. Es nueva, se apuntó ayer.– dice Adrián.

– Hola, mucho gusto– saludo.

– El gustó el mío. Soy la entrenador Vivían López llámame solo entrenadora Vivi. Dejen sus cosas en las gradas e incorporence.