Capítulo 6

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El sonido de una puerta hizo que sus ojos se abrieran, aun así, no levantó su rostro de la fría mesa, la cual ya no estaba tan fría, su mejilla había estado bastante tiempo sobre ella como para cambiar su temperatura; sin muchos ánimos cambió de puesto, dejando esta vez el lado izquierdo de su cara sobre la superficie de madera.

Al girarse vio la mirada de Marcy sobre ella, se sostenía la barbilla con la palma de su mano, cuál era apoyada sobre la mesa, le sonrió al notar el despertar de la chica, quién la veía de forma dulce, como si eso le hacía sentirse satisfecha, después de todo, su presencia (ausenté) se había vuelto parte de su día a día y ya no le causaba molestia, incluso se le hacía bastante relajante, aunque seguir paso a paso su recuperación no era para nada fácil.

– ¿de cuánto me perdí? – dijo con voz cansada.

– no mucho, la clase concluyó casi cuando se quedó dormida, los demás ya se retiraron del aula – le sonrió una vez más – ¿durmió bien? – la gentilidad de su voz era simplemente tranquilizador.

– ¿por qué me hablas tan formal de repente? – levantó su cabeza, frotando su cuello con su mano – me gusta más cuando usas tu voz normal conmigo – se acercó repentinamente al rostro del holograma, el sueño le había afectado de algún modo.

Marcy no se movió ni dejó de verla a los ojos – lo siento, a veces olvido lo que no debo hacer cuando estoy a su... tu lado – movió ligeramente su vista hacia el cabello de Anne, el cual estaba un poco desordenado, algunos mechones a los lados de sus orejas estaban fuera de lugar, se rio por lo bajo y paso su mano por las orejas no tan ajenas, tratando de arreglar el mechón, sin embargo, aunque lo intento esto no funcionaria.

Cada que la castaña miraba a la chica hacer este tipo de cosas, era... ¿Curioso?, ¿acaso olvidaba que era un holograma?, aun así, pensar en el tacto de la mano de la chica sobre su rostro o cabello le hacía sentir un nerviosismo en todo su cuerpo, aún no sabía por qué, pero le encantaba mirarla a los ojos, era ciertamente hipnotizante.

– gracias – dijo, volviendo a alejarse de Marcy y arreglar su cabello por su cuenta – son casi la 3 de la tarde, ¿quieres hacer algo? – pregunto a su acompañante.

– tal vez deberías comer algo, esta es tu última clase de hoy, y comiste muy poco en el almuerzo – miró a la chica, pero simplemente le dio una mueca de disgusto.

– en serio agradezco tu preocupación, pero realmente no tengo ningún tipo de ganas de seguir ese plan – el holograma suspiró, lo que hizo que Anne se riera discretamente, ya que después de estas semanas juntas, ella jamás se había quejado, pero ahora lo había hecho, y seguramente inconscientemente de que podía hacer eso.

– lo último en tu lista de hoy, es ver la clase de música – era algo que cada viernes Anne hacía sin perder la costumbre, y Marcy ya lo veía como algo rutinario.

Las palabras “clase” y “música” lograron hacerle sonrojarse, después de todo era cierto, cada viernes sin falta acudía a sentarse en el césped del pequeño rincón y ver por la ventana a su querido amor universitario, y como el holograma no le dejaba sola, siempre la acompañaba sin hacer ningún tipo de ruido, no hasta que la clase terminaba y el sonido de la flauta dejaba de sonar.

– jaja, sí que tienes memorizada mi ruta – el holograma simplemente asintió; la chica notó como su acompañante miro a otro lado, la tailandesa pensó por un segundo que tal vez seguía molesta porque no había comido lo suficiente en el desayuno, y se sintió un poco mal por hacerle el trabajo más difícil a su asistente médica.

Comenzó a caminar hacia la puerta, siendo seguida por Marcy sin preguntar a donde iría, porque sabía la respuesta, de todas maneras, ella ya se había acoplado a la idea de visitar a Lin los viernes, sin embargo, su sorpresa fue, cuando su paciente camino en dirección contraria y dio rumbo hacia la cafetería cerca del lugar.

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