d i e z

1.3K 137 24
                                    

El pequeño honnie había tomado inesperadamente un gusto enorme por mirar la luna.

En días anteriores cuando el niño se encontraba caminando del baño a su habitación una suave luz entrando por la ventana llamó su atención, a pasitos cuidadosos se asomó por la ventana y vió la brillante luna llena acompañada de miles de estrellitas.

Aquella pelota brillante había cautivado sus lindos ojitos y lo hizo quedarse admirandola por varios minutos. Hasta que un Jisung preocupado porque su pequeñito no había vuelto lo sacó de su ensoñación.

Días después el chiquito siguió visitando la ventana pero siendo incapaz de ver la luna pues esta estaba del otro lado. Se sentía un poco triste y había llorado a Jisung pidiendo volver a verla.

Deseo que iba a ser cumplido hoy.

Los dos jóvenes se encontraban abrigando a los niños para poder salir con ellos en la fría noche. Irían a una montaña para poder mirar la luna llena mientras tenían un picnic nocturno.

— ¡Veremos las estrellitas! — festejó felix cuando por fin terminaron de atarle los zapatitos, el niño se encontraba notablemente emocionado por salir de noche.

— ¡Ellas se parecen a tí! — le dijo minho mientras se acercaba a tocar las gorditas mejillas de su amiguito — ¡Tienes muchas en tu carita lixie!

El chiquillo se sonrojó ante el bonito comentario de lino y solo pudo balbucear contento causando dulces risas en su compañero.

— Ustedes son la luna y el sol de esta casa — les dijo Changbin mientras se colgaba una mochila en su espalda y tomaba las llaves de su auto — Hora de irnos, bonitos.

Una vez Changbin salió por la puerta los dos pequeños se tomaron de las manos de Jisung para ir rumbo al auto, Jisung y honnie andando tranquilos mientras lixie iba a pequeños saltitos balanceando el brazo que iba sosteniendo.

Acomodaron a los dos niños en el asiento de atrás asegurando minuciosamente que todo estuviera en su lugar para después subir en sus respectivos asientos. Pusieron música para hacer el viaje más llevadero para los niños ya que el camino era algo largo.

— Papi sunggie — llamó honnie haciendo que el muchacho volteara rápidamente, su corazón latiendo emocionado al no estar acostumbrado aún a ese lindo apodo — Manitas congeladas — informó el muchachito sacudiendo sus manos.

— ¿Quieres guantes o una compresa, corazón?

— ¡Compesa, papi! — respondió a la pregunta como si la respuesta hubiera sido obvia desde el principio. Una vez la compresa le fue entregada agradeció entre suaves balbuceos y apretó el objeto entre sus manos. Poco tiempo después se percató de como el pequeñito sentado a su lado frotaba sus dedos en busca de calor, cuidadosamente separó una manita de su amigo para dejar la compresa sobre esta y después entrelazarla con la propia, dejando un besito en su mejilla.

— eres muy lindo — le balbuceó lixie para después recargar su cabecita sobre su hombro y comenzar a succionar un dedito de su mano libre.

El viaje continuó tranquilo, con los chicos escuchando y fingiendo entender los balbuceos de un muy hablador lixie, quien no pudo mantener silencio ni siquiera cinco minutos pero estaba bien, porque todos adoraban escucharlo hablar con tanta emoción.

...

Llegaron al lugar en la montaña cerca de las seis de la tarde, no había más gente en el lugar y eso hizo alegrar a ambos cuidadores pues no iban a tener que soportar malas miradas a sus lindos bebés.

Bajaron las mochilas del auto y tendieron una manta sobre el suelo, después dejaron caer cojines sobre ella para finalmente dejar el cesto con la comida en el centro.

— Vamos a comer ahora mis pequeñitos — anunció Jisung mientras se colocaba detrás de los niños para abotonarles un lindo babero.

— no me gusta esto — se quejó lixie en un chillido agudo.

— Amor, hemos hablado muchas veces sobre esto, es para que no ensucies tu linda camisita — trató de hacerlo entrar en razón mientras dejaba caricias en su cabello.

Pero los ojitos del chiquito se llenaron de lagrimitas avisando que se aproximaba un berrinche.

— ¡Pero que lindo te ves con ese babero lixie! — fue momento del súper papá Changbin para calmar la situación — ¡Me dan ganas de darte muchos besitos!

Y entonces abrazó a felix mientras besaba toda su carita, logrando así distraer al pequeño y esfumar el llanto.

Misión cumplida.

Rápidamente se pusieron a comer, el viaje había sido largo y necesitaban energías para soportar la noche despiertos.

Alimentar al pequeño lixie nunca había sido muy sencillo, hablaba, manoteaba y de alguna forma terminaba con su carita toda sucia haciendo la hora de la comida un poquito difícil a Changbin.

Por su parte el pequeño castaño comía solito y lento, totalmente en silencio a menos que quisiera aportar algo a lo que su amiguito decía, aunque era más comida la que terminaba en su babero que la que lograba llegar a su boquita al parecer.

...

Terminaron de comer y el atardecer llegó.

Los pequeños estaban sentaditos viéndolo mientras los grandes sacaban fotografías de este. Si bien a todos les parecía bonito lixie estaba completamente maravillado, sus ojos brillaban al observar la linda variación de colores que iba desde el naranja hasta un bonito tono morado y su boquita estaba abierta, asombrada ante la vista.

El pequeño nunca pudo apartar su mirada del atardecer, guardando cada cambio, cada detalle y cada color en su memoria.

Honnie lo observaba con ternura, el atardecer por alguna manera lo hacía sentir calientito en su corazón.

...

Al caer la noche los papeles se invirtieron.

Honnie no podía apartar la vista de la luna, su belleza le parecía increíble y lo hacía sentir inexplicablemente feliz. La admiraba mientras descansaba sobre los brazos de Jisung.

— papi sunggie.

— ¿Sí?

— eres tan bonito como la luna — dijo moviendo sus ojos de la luna para conectarlos con los ahora llorosos ojos de su cuidador, estaba muy feliz, ni siquiera minho grande le había dicho algo tan bonito.

— Y tú eres mi linda lunita, honnie.

Por su parte lixie estaba recostado boca arriba sobre el pecho de Changbin, miraba curioso las estrellas, no podía comprender como brillaban tan lindo en un cielo tan oscuro.

— papi — balbuceó mientras se daba vuelta para quedar de frente con su cuidador — me gusta más el atardecer — logró decirle muy apenas.

— a mi también me gusta más la calidez del atardecer, mi amor — le comentó mientras dejaba mimos sobre su rubio cabello.

— pero me gusta más papi.

Oh, esos pequeños algún día los matarían de miel en el corazón.

Su pequeño solecito y su pequeña lunita.


Holaaa!!

Me re morí, a este punto no sé si alguien siga interesado en leer esto pero creo que escribiré más seguido.

después el accidente con mi mano el little space y relacionados salieron un poquito de mi vida, no los buscaba igual así que no sabía cómo seguir escribiendo, pero he vuelto a él, uno siempre vuelve a dónde fue feliz vdd? <3

espero sigan disfrutando de esto tanto como yo lo haré! 💗🐱

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 02, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

pequeñitos | skz little space Donde viven las historias. Descúbrelo ahora