El aire amasaban sus cabellos y chocaba con sus rostros. Oscuros colores pintaban el cielo y pequeñas luces la iluminaban.
El césped se movía al compás del viento, dando suaves cosquillas al menor de ambos chicos. Era la cita perfecta.
-¿Quieres comer algo? traje sandwiches...- Mencionó Jonathan mientras miraba el cálido cielo.
-Nop, solo quiero abrazarte- Dijo Thom aferrándose más al pelinegro. Un pequeño sonrojo apareció en el rostro del alto, junto a una cálida sonrisa.
-Te amo Jon...- susurró aquel chico de ojos azules para después dejar un corto beso en los labios del más alto.
Ambos se quedaron en silencio por unos minutos más, no necesitaban hablar para profesar su amor. No necesitaban decirse "te amo" para entender que sus sentimientos eran mutuos.
Siguieron apreciando la hermosa vista que les entregaba la naturaleza. Una molestosa luz hizo presencia en el lugar en dónde estaban. Thomas frunció su ceño ante aquella brillosa iluminación que le hacia doler la cabeza.
-¿Que haces?- pregunto el rubio. Jonny solo se quedó callado y se concentró en hacer algo en su teléfono.
De pronto, dulces melodías llenaron los oidos del mayor, era la canción con la que se le habían confesado dulces palabras sinónimas al amor. Un color carmín apareció en las mejillas del mayor.
-Odio tus maneras clichés de hacerme sonrojar- Dijo para después enterrar su rostro en el pecho de Jonathan.
-Se que te gusta esta canción y más cuándo te la dediqué. Además, hoy es una linda noche así que...¿por qué no?- Dijo Jonny mientras acomodaba a Thom en su regazo y lo arropaba en un dulce abrazo.
La canción siguió con su dulce melodía hasta que el silencio se apoderó de ella y con el último acorde de una dulce guitarra, la canción se dió por terminada.
Se quedaron abrazados en aquel lugar por un par de horas más hasta que decidieron que ya era hora de irse.
-Al final no comimos nada de lo que traje, me siento ofendido- Dijo Jonny mientras fingía estar molesto. Thom se rió de aquel tierno puchero que el menor hacía.
-Lo podemos comer en tu casa mientras vemos una película...- Dijo Thom, los ojos de Jonathan se iluminaron. Al pelinegro le encantaban las películas y más si su amado novio lo acompañaba.
Al llegar a la casa del más alto, se sentaron en el sofá de la sala y buscaron alguna película de su interés en aquel grande televisor posicionado al frente de ellos.
-Esto está delicioso Jon... cómo siempre- Dijo el mayor mientras degustaba lo que su querida pareja le había traído. Era una de sus comidas favoritas y el único que sabía hacerla cómo a el le gustaba era Jonny.
-Me alegro que te haya gustado...- Dijo Jonny, amaba ver a su chico feliz. Siempre trató de hacer lo posible para que no cayera en otro estado de depresión. Odiaba verlo desanimado o sin ganas de hablar. Se prometió a sí mismo en hacerlo el hombre más feliz en la vida y creo que últimamente ha estado funcionando...
El resto de la noche se la pasaron viendo películas hasta quedarse dormidos. Jonny tuvo que cargar al mayor a su habitación para no interrumpir su sueño, se quedó mirando sus bellas fracciones hasta que el sueño regresara a el de nuevo. Sin duda esa noche fue de las mejores que tuvieron en toda su vida y aquella cita jamás se iría de sus pensamientos.