Este golpe insólito había hecho que cayera en cuenta en mi destino original. De nuevo lo había olvidado.
— "Umm... ¿Estás bien?, ¿Te acompaño a la salida?"
"¿Qué carajos es esto?, ¿A ti qué te importa mi vida?" Imaginaba esa escena en la que dijera aquellas palabras.
—" Ven, anda."
Una sonrisa terriblemente amable de la parte de este ser extraño trataba de hacerme sentir bien.
— "Lo siento, ¿Quién eres?" le dije con el tono más seco que pude.
—"Ah, por supuesto, lamento mis modales... Es sólo... Creo que el conductor se va a poner a echarnos madres si no salimos ya, jeje..."
Tiré una rápida mirada para analizar su vestuario, el cuál estaba extrañamente impecable para alguien tan fácil.
—"Ok." ¿Qué más podía decir yo?
Me dirigí a la salida a la vez que sentía sus pasos seguirme con una ligera torpeza.
—"Puaaaaah, lo logramos, que bien, ¿No?"
Que sonrisa tan irritante la de esta persona.