Dejé que todo se apoderara de mí en ese momento.He caído.
He caído de nuevo.
Este hueco llamado Sobrepensar me ha undido, y me estoy ahogando; haciendo que mis entrañas se retuerzan, mi cerebro palpite, mis pulmones se aplasten, mis huesos estén a punto de quebrarse, mis cabellos se vayan desprendiendo uno por uno...
Mi mirada divaga.
Divaga para sobrellevar lo que mi cuerpo se encontraba experimentando en ese momento.
Y al final, al final todo sigue. El mundo no ha parado de girar, las personas no han dejado de caminar, los autos siguen generando el mismo tráfico de siempre, y las palomas siguen escarbando entre la basura como de costumbre.
Y así, al final de todo, ¿Qué más iba a dar que mi cuerpo se estuviese quejando? ¿Cuál es la importancia de todo? Cuando al final el impacto iba a ser prácticamente nulo para la sociedad, para el mundo, para el universo.
Que cantidad de drama innecesario.
— "Portal Claro, abriendo puertas".
Y así es cómo comienza el día.