Cuentos para monstruos y más || One Piece

☠️ XIX ☠️

AMIGAS PARA SIEMPRE

Robin y Nami eran dos muchachas de 15 años de edad, que desde muy pequeñas habían sido las mejores amigas. Vivían en el mismo vecindario, iban a la misma escuela, estaban en la misma clase... bueno, siempre habían sido inseparables. No obstante sus personalidades eran muy distintas. Mientras que Nami era extrovertida y carismática, Robin era tímida y no hablaba mucho.

Un dia Robin le propuso algo a Nami

__ ¿Qué tal si hacemos un pacto de sangre?

__ ¿Qué?

__ Mira, así si un dia llegamos a separarnos, juraremos que la que muera ante de la dos, tendrá que avisarle a la otra.

__ Que cosas dices Robin, nosotras siempre vamos a estar juntas.

Pero Robin siguió insistiendo tanto que al final, Nami tuvo que aceptar, tan extrañada como divertida. Usando una pequeña navaja, las dos se hicieron un corte en el dedo índice de su mano derecha, y con la luz de una vela sellaron el pacto.

Los años pasaron, Nami logró graduarse de la universidad como abogada, consiguió empleo en un buen bufete, se casó con un hombre maravilloso y formaron una familia.

De vez en cuando, se acordaba de Robin, su amiga de la adolescencia. Miraba la pequeña cicatriz en su dedo y se preguntaba que habría sido de ella. Las dos habían tomado rumbos distintos y no se veían desde que habían terminado la preparatoria.

Esa noche Nami tuvo una pesadilla: conducía en su auto cuando de pronto, un camión se metía a su carril y se estrellaba contra ella. Despertó agitada y sudorosa, justo en ese instante alguien tocó el timbre. El reloj marcaba las tres de la mañana.

A su lado, su esposo seguía profundamente dormido. El timbre sonó una vez más, insistente. Nami masculló una maldición y fue a ver quien era. Al abrir la puerta se encontró con una mujer pálida y de grandes ojeras. Tenía una herida muy fea en la cabeza, de la que brotaba un hilo de sangre.

Nami se quedó estupefacta, a pesar de que había cambiado mucho, fue capaz de reconocerla. Se trataba de su mejor amiga ¡Robin!

__ ¡Dios mio Robin! ¿Tú aquí? ¿Pero qué te ha pasado? Entra vamos , voy a curarte esa herida. ¡Cuánto tiempo ha pasado!

Sin embargo Robin no se movió de su lugar

__ Vine para cumplir mi promesa Nami, acabo de morir, tenía que avisarte- Nami se quedó petrificada- Aunque la vida nos separó, volveremos a estar juntas en la muerte, voy a esperarte...-Robin alzó su dedo índice y sin más, se desvaneció.

En ese momento, Nami notó que su propio dedo le escocía. Al mirarlo, se dio cuenta de que estaba sangrando y el corte que se había hace años, estaba abierto una vez más... emitió un alarido desgarrador y se desmayó.

Por la mañana, cuando despertó, se encontraba en su cama y pensó que todo debía haber sido una pesadilla . Encendió la televisión y se encontró con una noticia que la dejó helada: esa misma madrugada, un camión se había impactado contra un auto, provocando lamentablemente que la conductora muriera al instante.

Desde ese día la vida de Nami cambió radicalmente. No quería comer, no podía concentrarse en su trabajo, se le olvidaba todo... Y cada noche tenía el mismo sueño. Escuchaba como llamaban a la puerta y al abrir, veía a Robin frente a ella, alzando el dedo índice y hablándole.

__ Te voy a estar esperando

Cada vez que se despertaba, Nami veía su dedo lleno de sangre y sentía que le dolía.

Su esposo no se explicaba que ocurría, los médicos tampoco estaban siendo de ayuda. Al final, tuvieron que internar a Nami en un hospital mental. Ahí, su estado empeoró, ahora durante sus pesadillas, podía ver a Robin de pie al lado de su cama.

Cierta noche, un celador de la clínica escuchó el sonido atronador de cristales que se rompían seguido de un grito estremecedor. Al acudir a la habitación de Nami, se dio cuenta de que la ventana estaba rota, se asomó y vio el cuerpo de impactado contra la acera, sobre un charco de sangre. La misma sangre con la que alguien había escrito, junto a ella: "AMIGAS PARA SIEMPRE"

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Gracias por leer... 💀