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Hermione estaba preocupada por Harry

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Hermione estaba preocupada por Harry. Les había dicho a todos que se fueran y que escaparía de la dragona en cuanto pudiera, pero ya habían pasado dos horas y ella no estaba dispuesta a esperar más corriendo el riesgo de que su amigo saliera herido o muerto.

Ron se había acercado a ella para preguntarle por Harry y ver si él le perdonaría por ser un idiota estos meses, pero le había recriminado por no estar allí para Harry cuando más lo necesitaba y haber dejado que sus estúpidos celos afectaran la confianza a su mejor amigo. La castaña estaba enfadada con Ron por ser un idiota celoso y no iba a perdonarlo pronto.

Dejando de lado al pelirrojo, por fin tomó una decisión. Había ayudado a Harry a prepararse para enfrentar al dragón, por lo que ella sabía como hacerlo. Ahora solo tenía que sacar a su amigo de las garras de esa bestia. Cogió la capa de invisibilidad, lanzó un hechizo de supresión de olor sobre si misma y emprendió camino al estadio.

Una vez allí, vio al dragón acostado con los huevos entre sus patas mirando en todas direcciones y a Harry acurrucado abrazando una parte de la cola del animal. Se acercó sigilosamente y paró justo en el borde del nido, iba a ser difícil llegar a su amigo sin alertar al reptil, pero parecía que estaba ileso. Lo observó con detenimiento y notó su respiración agitada, eso no era bueno ¿y si el dragón lo había aplastado y tenía daño interno?

Con dificultad se coló en el nido y llegó donde estaba el pelinegro, le puso una mano en la frente e inhaló con fuerza, tenía mucha fiebre. De repente oyó un gruñido, giró la cabeza y se encontró con la fiera mirada del gran reptil, al parecer la había oído. Con lentitud se quitó la capa y los ojos de la bestia por fin se centraron en ella, pero justo cuando parecía que estaba a punto de atacarla ambas oyeron un quejido de dolor por parte de Harry y se giraron con preocupación.

-¿Her...mione? ¿Qué...?- la miró con miedo y se giró a la dragona. -Por favor, no le hagas daño, es mi amiga, ella no me hará nada, lo juro- la dragona se giró y la volvió a observar analíticamente. Finalmente gruñó con lo que parecía resignación y siguió con su escaneo al estadio ignorándola por completo.

-¡Harry! Tienes mucha fiebre, ¿estás bien? ¿te duele algo?

-Me duele todo- gruñó. -Realmente no pensé que dolería tanto.

-¿Te has roto algo?

-No, no es nada roto, ni herida, ni quemadura. Se supone que debe pasarse pronto, ¿verdad?- El reptil gruñó y Harry suspiró. -Menos mal.

-¿Qué? ¿puedes entenderla?- Preguntó la castaña confundida.

-Si... no es pársel, al principio creí que si, pero me ha dicho que es una especie de ritual antiguo que me ha echado y me ha prohibido irme con el contexto de que estaba en peligro y que se tenía que asentar en mi cuerpo o algo así. Creo que de ahí la fiebre, realmente me duele todo.

-Un ritual. Dime que es broma- Harry la miró con seriedad, no era una broma.- Joder, solo tú te metes en estos líos- Harry se rio débilmente y jadeó con dolor.

Miedo (O la falta de ello)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora