Lorcan sintió las garras de Dex enterrarse en la piel de su muñeca y destruir el agarre de su inhibidor de zafiros, que vio caer desprendido hacia el suelo sin que pudiera hacer nada para evitarlo. Antes de que pudiera reaccionar, advirtió aterrado como el poderío dominador de su lobo se extendía por cada centímetro de su cuerpo hasta subyugarlo en un control puro y simple del que no podía liberarse.
"Dexian... corre..." quiso gritar, pero su boca no se abrió y su voz no brotó de su garganta.
En un microsegundo de análisis Lorcan entendió que no tendría tiempo para intentar recuperar sus zafiros, antes de que siquiera pudiera agacharse bajo la cama, su lobo habría tomado por completo su conciencia y Dex estaría perdido. Entonces decidió que lo más conveniente sería salir corriendo y alejarse del chico lo más posible, para intentar ponerlo a salvo al menos por unos minutos.
Así, salió del dormitorio luchando cuerpo a cuerpo con su lobo, quien lo desgarraba desde dentro como venganza por haberlo alejado de quien él consideraba su omega en ese momento, y solo atinó a encerrarse en el baño del pasillo y dejarse caer de espaldas en la bañera.
El color miel de sus ojos era solo una finísima línea que bordeaba el intenso azul cobalto de su híbrido. Estaba perdiendo contra él, por más fuerte que peleara, pero al menos debía intentar pedir ayuda.
―Theon...― dijo al teléfono en un susurro bajo y ronco.
― ¿Qué te pasa? ― contestó el otro, percibiendo el resplandor metálico de su voz.
―Tu hermano entró en su primer celo, y yo estoy en la casa con él― dijo, apretando tanto su mandíbula que sentía rechinar sus dientes.
― ¿Qué? ―. Theon se paró de su escritorio como alma que lleva el diablo y salió corriendo hacia el estacionamiento, preocupado. ― ¿Por qué estás ahí con él? Bueno, eso no importa ahora, sus inhibidores están en el dormitorio de mamá, búscalos en la última gaveta de su buró y dale al menos dos píldoras. Y Lorcan, sé que es difícil, pero tienes que controlar a tu alfa, recuerda que él es mi hermanito―.
― Dexian... me rompió la pulsera, no lo vi venir. ―
Theon sintió que su alma abandonó su cuerpo dejándolo como un cadáver andante, impasible y lleno de miedo. ― ¿Qué me estás diciendo? ― susurró, deteniéndose de golpe en el pasillo por el que corría.
― ¡Te digo que perdí mis zafiros! ―. Lorcan hablaba con los ojos cerrados, luchando internamente con su híbrido para alejarlo del centro de su conciencia, sin mucho éxito. ―Y estoy a solas con tu hermano en celo ¿qué es lo que no entiendes? ―.
―Dios mío― susurró para sí mismo sin saber qué hacer. ―Por favor... no lastimes a Dex― suplicó por inercia, aunque sabía que Lorcan jamás lo lastimaría por voluntad propia.
―Escúchame atentamente, Theon, estoy encerrado en el baño intentando controlar a mi lobo, pero sabes bien que eso no va a durar. ―Respiró profundo y apretó su propio cuello con su mano libre con mucha fuerza, buscando mantenerse a flote. ―Ve a una farmacia y compra un inhibidor para alfas del tipo cinco. Cuando llegues a la casa tienes que abrir la puerta del baño, dejarme salir al pasillo y disparar el suero a mi carótida desde lejos. Préstame mucha atención, Theon, tiene que ser en la carótida o de lo contrario tardará demasiado en hacer efecto, y algo más, por nada del mundo intentes acercarte a mí, mi lobo podría hacerte mucho daño―.
―Voy en camino, llegaré en cinco minutos― contestó Theon, con la angustia destruyendo su mente. ―Mantén el control de tu cuerpo, Lorc, yo sé que puedes―.
―Apresúrate, amigo, no sé cuánto tiempo más pueda mantenerlo a raya―. Lorcan colgó, arrojó el celular lejos y continuó apretando su propio cuello, esta vez con ambas manos. Un grito espeluznante brotó de su pecho y cerró los ojos con fuerza, moviendo su cuerpo de adelante hacia atrás en la bañera. Su lobo recorría sus venas, famélico, sustituyendo su sangre por frío y malestar, un poco más a cada segundo.
Podía percibir el aroma de Dex entrar por las puertas del baño, demasiado fuerte, por lo que daba por sentado que el joven estaba intentando entrar allí. Solo le quedaba esperar que Theon fuera rápido y llegara a salvarlo de sí mismo, porque de lo contrario, no sabía qué podría pasar.
❃❃❃
Adara se encontraba inspeccionando algunas pinturas que serían presentadas en su siguiente exposición, cuando su teléfono vibró sobre su escritorio. Era su hijo Theon quien le llamaba. Dejó el marco que sostenía con mucho cuidado en el suelo y se apresuró a contestar.
―Buenos días, Theon, alguien por fin se dignó a llamar a su madre para saludar ― comentó en broma, pero la sonrisa que había en su rostro desapareció en fracción de segundos cuando le escuchó hablar.
―Dex entró en celo―.
―Oh Dios mío, lo sabía. Anoche lo noté muy alterado, no debí haberlo dejado solo en casa―. dijo, molesta consigo misma por su descuido y corrió a tomar su bolso para ir de inmediato a la casa.
―Mamá, escúchame, pero no te alteres por favor―. Theon no sabía cómo abordarla respecto a la situación real de Dex, en ese momento se encontraba manejando a toda velocidad hacia la casa. Decidió que lo mejor era ir directamente sin hacer la parada en la farmacia, así llegaría mucho más rápido y podría protegerlo.
― ¿Qué pasó, Theon de Lanirox? ― contestó Adara, comenzando a angustiarse.
―Lorcan está con él en la casa, no sé cómo llegó ahí―.
― ¡¿Qué?! ― gritó, horrorizada. ―Dile que por nada del mundo se atreva a tocarlo―.
―Mamá... no trae puesta su pulsera de zafiros, Dex se la rompió―.
Adara se quedó en completo silencio, intentando procesar las palabras que salieron de la boca de Theon, y cuando por fin fue capaz de comprender la gravedad de la situación sus ojos se llenaron de lágrimas y cayó al suelo presa del pánico. ―Dios mío, Theon, lo va a matar―.
―No, mamá cálmate―.
―Va a matar a mi bebé, lo va a matar― gritaba Adara entre lágrimas que no dejaban de brotar de sus ojos.
―Madre, por favor, tienes que calmarte, te prometo que no le va a hacer daño, conozco bien a mi amigo― dijo Theon, intentando calmar a su madre, aunque por dentro él también se encontraba muy asustado.
―No puedes estar seguro de eso, Theon, sabes lo que es él―. Adara aún se encontraba sentada en el suelo con la espalda apoyada en la pared y sus piernas flexionadas sobre su pecho, imaginando lo peor. ―Dex no tiene ninguna oportunidad― dijo, sollozando.
― ¡Adara de Lanirox! Necesito que te concentres, por favor, tenemos que actuar con rapidez. Ve a la farmacia y compra un inhibidor tipo cinco para Lorcan, hay que dispararlo a su carótida a una distancia prudente para inhibir a su alfa. Yo ya estoy llegando a casa, voy a tratar de mantener a salvo a Dex mientras llegas―.
―Está bien, está bien, lo haré, voy en camino a la farmacia―. Adara estaba corriendo hacia su auto, pero su llanto no había cesado. ―Dale los inhibidores a Dexian, si disminuyen sus feromonas tal vez Lorcan pierda el interés en él―.
―Mamá, solo date prisa, sabes que no podré hacer nada si su lobo lo domina por completo―.
ESTÁS LEYENDO
Y todo ardía en azul ❀ By Luna
FantasiDexian de Lanirox es un estudiante prodigio de artes plásticas cuya mayor fascinación es llevar un pincel en sus manos y llenar lienzos de color, hasta recrear todas las ideas que desbordan de manera constante su imaginación. Pero este joven artist...