🥀 C U A T R O 🥀

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La luz de la mañana iluminó su rostro, ya era de día y realmente no quería pararse... su cerebro comenzó a pensar en distintas maneras para no salir de su casa y poder evitar sus problemas... aunque muy en el fondo sabía que las consecuencias de estos pronto lo alcanzarían y no tendría alguna salida.

Paso 3 horas pensando en todo en como de repente ya no utilizaba su voz ni para hablar consigo mismo.

Como de repente todo parecía tan silencioso y aburrido.

Como parece que no habría algo que le hiciera quedarse y aprovechar su vida al mil por ciento.

¿Cómo? ¿Cómo podía dejar de pensar de esta manera si nisiquiera tenía ganas de abrir los ojos? Solo quería dormir y ni siquiera eso podía hacer.

Realmente estaba cansado.

-¡¡¡DING DONG!!!- Escucho una voz aguda y altanera, abajo en la planta baja de su casa...

¿Vegetta?... ¿Qué hacía tan temprano en su casa?...

Ruben tomó su celular y reviso la hora, era la 1:00 pm, como mierda paso tanto tiempo si hace apenas un rato que salio el sol...

-¡¡DOOOOOBLAAAAAS!!- Ruben recordó que había alguien afuera de su casa y tambien recordó quien era y los nervios invadieron su cabeza.

El castaño se paro y se abrigo con una sudadera más grande que su delgado cuerpo, el mismo sabia lo demacrado, delgado y desnutrido que se veía, pero quería evitar sermones así que tomo su máscara se puso las primeras zapatillas que encontró y bajo para abrir la puerta.

-Hombre, no te hubieras molestado pude haber esperado otra hora mas- Mencionó con sarcasmo el azabache quien estaba recargado en el muro a lado de la puerta.

-Vegetta... ¿Qué pasa?- su voz sonaba ronca no mentía al decir que hace mucho no hablaba.

-Oh estas bien te escuchas mal chiqui...- Vegetta se acercó a Ruben quien se aparto como si este fuera radioactivo.

-Estoy bien no te preocupes...- No quería preocuparlo tampoco quería que se quedara en su casa.

-uhmm ya veo... vine a ver si te apetecía salir a minar... o explorar por que siempre quieres hacerlo- Samuel sonrió con amor hacia al híbrido.

La sonrisa solo hizo que a Ruben se le revolviera el estómago y se sintiera aún más culpable de su propia existencia.

-No estoy ocupado- no se despidió, ni disculpo solo cero la puerta en cara de vegetta y subió lo más rápido posible a su habitación...

Samuel se quedó estupefacto ante la reacción de su osito...

Será que se sentí mal?...

¤ T U L I P A N E S ¤   -Rubius- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora