𝐃𝐢𝐚𝐦𝐨𝐧𝐝 𝐄𝐲𝐞𝐬 ||•Hitoshi Shinso X M.Oc•

────𝐕𝐈𝐈𝐈

[#]–CUIDADO CON OZANA

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El festival deportivo era en dos semanas, Leo debía entrenarse tal y como se lo había  dicho su papá. Pero Leo tenía otros planes, quería salir a las calles de Musutafu y explorar un poco, y tal vez luego estrenaría.

Algo que no le gustó a Aizawa...

—¿A donde crees que vas Leo? –Fijo su mirada en el adolescente que estaba apunto de salir por la puerta–

—Unos amigos me invitaron a comer helado e ir a las salas de Juego –Explicó nervioso, Leo pensaba que Aizawa estaba dormido y no se iba a dar cuenta de su ausencia–

—¿Y tu desde cuando te mandas solo? –a pesar de que tenía los ojos cubiertos, Leo podía sentir esa mira– El festival Deportivo es en dos semanas, y no has entrenado para nada

Leo rodó los ojos con fastio, que esperaban es un adolescente Extrovertido, quiere salir con amigos y pasarla bien.

—Se que crees que no necesitas entrar, eres fuerte y controlas perfectamente tus habilidades, pero no debes confiar demasiado solo en tus habilidades o te ira muy mal –Desafio a su hijo, quería hacerle entender que no todo iba a ser fácil siendo un héroe, y que su fuerza no era todo–

Leo suspiró varias veces, debía calmarse y no dejarse llevar por su enojó, era un adolescente que llegaba a tener sus cambios de humor y no saber controlar muy bien su temperamento.

—Bien entrenaré... Iré con el tío Enji, tal vez me de algunos consejos para el festival –Salió del apartamento de mal humor–

Leo caminó desganado hasta llegar a la residencia Todoroki, hace rato que no pasaba por esos lugares, durante el camino había pensado si venir o ir donde su tío Toshi, pero se imagino que tal vez estaría con la peluza verde y no quería molestar.

—Ni dibiriis cinfiirti sili in tis hibilididis –Reprochó de manera burlesca, lo que Aizawa le había dicho anteriormente–

—Si sigues hablando solo como retrasado, vas ahuyentar a las personas –Detrás de Leo apareció un bicolor con algunas compras en sus manos– ¿Y que haces parado afuera de mi casa? Pareces un acosador

Leo volteo con brillos en los ojos, su malhumor había desaparecido al escuchar la voz de su primo favorito, Shoto Todoroki.

—¡Shoto! –Leo elevó a Shoto de un abrazo, mientras que él trataba de zafarse–

—Creo haberte dicho que no me gustan los abrazos –Reprochó con disgusto–

—No seas amargado –Soltó al bicolor, acomodando su ropa– Pero bueno, dejando de lado lo amargado qué eres ¿Está el tío Enji?

—...Gracias a Dios no –Respondió seco y entró, dejando la puerta abierta por si Leo quería entrar–

—Oh vamos Shoto, deja de ser tan frío conmigo, eso me lastima –Lloriqueo entrando a la casa detrás de Shoto, quien solo rodó los ojos por lo infantil qué se mostraba a veces Leo–

Por otro Lado Fuyumi, la hermana mayor de Shoto, miraba con gracia y ternura a los menores, desde que eran pequeños era así, mientras que Shoto era un pequeño tranquilo y reservado, Leo era todo un desastre andate, un niño extrovertido qué no le importaban muchos las reglas solo quería divertirse.

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Una casa antigua, pero muy bien cuidada con una excelente decoración, se encontraba una pequeña vampiresa con los pelos de punta.

—Es bueno verte niña, veo que cuidaste bien de este lugar –Apareció un mujer mayor, atractiva y muy bien cuidada, se mira de unos 50 años– Es una lástima que este lugar sea tan pequeño y este rodeado de humanos.

Miró con asco afuera de la ventana donde cada cierto tiempo pasaban los peatones.

—Te doy toda la razón mi amor, pero solo será por un tiempo mientras logramos acercarnos a nuestro Ionut –Se acercó a su esposa, un hombre alto de piel pálida, igual de atractivo qué la señora y con unos filoso colmillo– Como sea, Dorin dale las indicaciones a la mocosa y que se retire quiero pasar tiempo con mi amada esposa.

Ordenó con desinterés a su más leal sirviente, quien no dudo ni un segundo en sacar de allí a la joven, y llevarla a otra habitación.

—Escucha atentamente niña, es sencillo lo que tiene que hacer –Abrió un pequeño cajón con llave, de donde saco una maletin negro– Toma este maletín, dentro de él, está una inyección junto con una sustancia, llevaras al joven Ionut lejos de los demás un lugar donde estén solos, lo inmovilizaras y le inyectaras la sustancia, sencillo no?

Mostró una sonrisa burlesca, a la joven que miraba atónita el pequeño maletín.

—Y-yo...esté y, ¿Qué es la sustancia? –Preguntó con miedo, esperando que la respuesta no fuera lo que ella está pensando–

—Eso no es de tu incumbencia niña, solo tienes que hacer un trabajo y ya, deja de pensar tanto. –Salió dejando a la pobre con los nervios a flor de piel, no quería hacerlo pero no tenia más opciones–

Ozana salió de la habitación, pensando por un momento en escapar y huir, pero no podía, de alguna u otra forma la encontrarían, solo esperaba que lo que sea que le fuera a inyectar a Leo, no fuera lo que ella esta pensando que es.

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En la Casa Todoroki, se encontraba un ambiente relajado y bastante cómodo, Enji aun no había llegado, y Leo alegraba un poco el ambiente tenso qué se sentía en aquel lugar.

—Y dime Leo, ¿Cómo te ha ido en la Yuei? –Pregunto Fuyumi, dejando un tazón de frutar frente al albino–.

—Si te contará Fuyumi, conocí a un chico muy, muy interesante, sabes a veces parece un tierno gatito –Dijo Leo, recordando a Shinso como un lindo gatito arisco qué no le gustaba el contacto, pero que apreciaba bastante la compañía de alguien confiable– aunque parece que le doy igual, se que muy en el fondo ama mi compañía.

—*Aww mi pequeño albino encontró a su media naranja, qué tierno* Me alegra mucho saber que te esta yendo bien, espero poder conocerlo algún día –dijo mientras tomaba una fruta del tazón–

–Yo creo que te odia –Interrumpió Shoto agarrando un puño de frutas– Auch, ¿Y ahora que hice?

Shoto frotó su mano por el dolor que sintió, al sentir la manotada qué le había dado Fuyumi, y soltando las frutas que había agarrado.

—No le hagas caso a Shoto, el hambre le hace decir cosas sin sentido. –Fulmino al bicolor, quien la miro ofendido por lo que le dijo–

—No te preocupes Fuyumi-chan, Shoto solo esta celoso, pero no te preocupes primito que no me olvidaré de ti –Jaló al bicolor y lo abrazo fuerte mientras daba pequeños besos en la cabeza de este–

—Ahhh maldición, Leo sueltame ya, me hostigas por el amor de Dios. –Alegó tratando de alejar la cara del más alto con su mano–

Esos dos hacían pasarle un buen rato a Fuyumi con sus ocurrencias, era bastante agradable, sabía que  Shoto le gustaba la compañía de Leo, solo se hacía el difícil con su primo favorito.

—•—𝐸𝑛𝑑-ˡᵉᵒ—•—