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𝐁𝐀𝐓𝐈𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎
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❛OpheliaChevalier❜ ▬ ¿Quiéres jugar, gatito?
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BATIMIENTO || MIRACULOUS LADYBUG
La pelinegra movió mi hombro cuidadosamente, causando que suelte un quejido y abra los ojos asustada al pensar que mi madre me había atrapado. Sin embargo, suspiré aliviada al notar que seguía junto a la asiática en el avión, el cual me llevaría a mi nuevo destino, un nuevo comienzo.
Señores pasajeros, nos encontramospróximos a aterrizar en el aeropuerto internacional de Francia, en la ciudad de París. Por favor abrocharse los cinturones, enderezar sus mesas y poner en posición vertical los espaldares de sus sillas. Por favor permanezcan sentados hasta que los avisos se hayan apagado.
Exhale emocionada y la pelinegra a mi lado sonrió con ternura al verme, riendo levemente y abrochando mi cinturón, el cual me había sacado para poder descansar mejor. Pude sentir su respiración en mi rostro, causando que le devuelva una sonrisa nerviosa.
— Ya casi llegamos, Ophelia ¿estás preparada? –sonrió nuevamente y agarró mi mano, ella era una de las personas que más sabía cuanto había esperado este momento, esta oportunidad para cumplir mis sueños y demostrar cuanto valía fuera de mi apellido, dejando atrás mi privilegio y prestigio por logros que no eran míos–
— Sabes que siempre lo estuve, Kagami. –ambas asentimos con seguridad y sonreímos nuevamente, escuchando los avisos que la azafata volvía a repetir –
Para Aerolíneas Asiana ha sido un placer tenerlos a bordo. Esperamos volver a contar con su presencia en un futuro próximo. A los pasajeros que tienen conexiones con otros vuelos, diríjanse a nuestras oficinas en el aeropuerto. Los que tengan ticket de regreso, por favor reconfirmelos en nuestras oficinas del centro del aeropuerto.
Agarré mi bolso junto con la más baja y ambas nos dirigimos hacia la salida a la par que nuestros guardaespaldas, los cuales nos observaban cuidadosamente y cargaban nuestras maletas más pesadas. A pesar de que mi Abuelo y su madre nos permitieron viajar juntas, era impensable el que nos dejaran sin seguridad. Por lo que las dos estábamos acostumbradas a este tipo de tratos.
Ophelia Chevalier estaba en París, lista para afrontar los nuevos obstáculos que se le iban a presentar.
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