— Mi abuelo me pasó nueva información. El profesor Armand D'Argencourt anunció dos puestos libres para sus clases ¡No podemos perdérnoslo! –salté emocionada en mi nueva cama a la par de Kagami, la cual se encontraba aún más emocionada que yo. A pesar de eso, ella tenía mejor control sobre sus emociones y pudo disimularlo levemente –
— No tienes porque preocuparte. Ambas hemos sido las mejores sin importar donde fuéramos. Fuimos capaces de superar y aplastar a los campeones aún en circunstancias deplorables. Así que no le des mucha importancia, limpiaremos el suelo con sus estudiantes, ma lune. –sonreí sonrojada ante su apodo y asentí con euforia. No me emocionaba el luchar contra ellos, si no el probarme a mi misma. Y aún mejor, hacerlo con mi mejor amiga, Kagami Tsurugi–
Era sorprendente el como ambas nos habíamos acercado tanto. En primaria solíamos ser solamente conocidas, manteniéndonos en contacto por la constante obsesión de nuestros padres en que formemos un vínculo, al igual que nuestras progenitoras en su adolescencia. Sin embargo, ahora solamente podía agradecerles por haberme juntado con ella. Ya que ambas compartíamos la misma pasión, el esgrima. Esa solo fue una más de las razones por las cuales nos habíamos vuelto tan cercanas.
— ¡Vamos! –emocionada, me paré y caminé rápidamente hacia el gran espejo que había en el cuarto, acomodando mi peluca y asegurándome que mis vendajes estuvieran lo suficientemente apretados– ¿Cómo luzco, mon solei? –Giré sobre mis talones y reí, intentando lucir masculino. Después de todo, esa iba a ser mi nueva identidad–
— Perfecto, como todo un caballero –la pelinegra se acercó por atrás, intentando masajear mis hombros. Algo que le fue bastante difícil debido a la diferencia de alturas. Aún teniendo la misma edad, le llevaba una cabeza y media. – Hasta podría acostumbrarme a tu nueva apariencia, Matthew –sonrió levemente y abrazó mi brazo, causando nuevamente que me ponga nerviosa. No estaba muy acostumbrada a sus acercamientos físicos, aunque debía admitir que no me molestaban del todo–
Matthew Chevalier. Un estudiante de intercambio el cual venía en busca de nuevas oportunidades junto con su mejor amiga. Esperaba que a mi madre le sea difícil encontrarme en estas condiciones, o de verdad tendría problemas.
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— ¡Oye, tú! –Kagami hizo su entrada, parándose en una pequeña banca y señalando al famoso profesor con audacia. – ¿Eres Armand D'Argencourt, el famoso maestro de esgrima? –nuevamente lo señaló, acomodándose la máscara de esgrima que evitaba que se sepa su identidad–
— Queremos unirnos a su equipo –complete su frase y posé mi brazo en su cintura, encorvándome para poder estar a su altura– Oí que buscaban a los mejores, por lo que no pudimos evitar venir –parecí adivinar las siguientes palabras del profesor, causando que este me mire de forma desafiante–
— Lo considerare si vencen a uno de mis estudiantes. –bufó con gracia y nos permitió el paso, causando revuelto entre sus alumnos, los cuales murmuraban entre sí mientras se quejaban de nuestro egocentrismo –
