《 En un mundo donde el mal ha triunfado, dos almas se juntan para tener la cruzada que el destino les ha preparado.
Kubo, al ser llevado a los cielos para reinar junto con su abuelo, se cansa de ser príncipe y desea aventuras como la que tuvo cuando...
A la mañana siguiente, Leo salió temprano para ver a Nando en la panadería, pero en su lugar encontró una nota en la puerta, la tomó y vió que era para él. En ella decía que Nando iría a buscarlo a la hacienda poco antes de que la noche cayera, pues tenía algo importante que contarle y que no podía esperar. Leo sonrió, pues tenía en mente que se trataba sobre la mujer que había contratado, guardó la nota en su bolsillo y regresó a casa. Por otro lado, Marcela llegó minutos después que Leo, lista para comenzar el día en su trabajo nuevo, pero al ver que no había nadie en la panadería se fue a buscar a Nando, pues ella sabía que no era normal que dejara su trabajo de esa forma.
Después de dejar a el caballo en su establo, Leo se dirigió a el jardín y volvió a leer la nota que había escrito Nando, pero esta vez sintió un mal presentimiento, tenía ganas de salir corriendo, pero no podía dejar a Kubo solo de nuevo y mucho menos hacerlo cruzar el portal en ese momento. Ahí se la pasó un par de minutos, Kubo se asomó por la venta, al ver a Leo solo tomó su shamisen y decidió bajar con él.
Kubo: ¿Puedo acompañarte?
Leo: Por supuesto. Creí que dormías, entrenaste mucho desde temprano.
Kubo: —Se sienta a su lado— No puedo dormir a pesar de estar cansado. Es extraño...
Leo: ¿Sabes? Me gustaría que tocaras algo para mí con tu shamisen.
Kubo: —sonríe— por eso lo traje conmigo —empieza a tocar—
Leo: La música de Kubo es tan relajante... pero aún así no dejo de sentir que algo malo sucede.
Kubo: —mira la expresión de Leo y deja de tocar— Algo te pasa ¿qué es?
Leo: No tengo nada, en serio —le sonríe— No tengo idea de qué hablas...
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Leo: ¿¡A qué viene esa cara!? ¡E-es aterradora!
Kubo: Estás mintiéndome. Te exijo que me digas la verdad, ¿qué pasa?
Leo: ¡Está bien! Te diré, sólo deja de verme así. —suspira— Siento un mal presentimiento, no sé cómo, pero estoy seguro de que es algo muy malo.
Kubo: Yo estoy sintiendo lo mismo... Deberíamos hacer algo.
Leo: ¿Pero qué? No sabemos de qué se trata, deberíamos esperar...
Kubo: ¿Esperar a que algo malo pase? No estoy de acuerdo, Leo.
Leo: Lo único que podemos hacer ahora es estar alerta, no pienso arriesgarte.
