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❝Shadows fall over my heart❞
La casa a la que se había aventurado estaba en la mayor parte destruida, parecía que hace mucho nadie pasaba por ahí, y como no perdía nada intentándolo, decidió aventurarse a la misma.
Luego de cruzar el gran lago que había delante de esta, la pudo apreciar mejor, quizás con una buena mano y paciencia podría llegar a ser un hogar ideal para cualquiera que la quisiese habitar, además de que estaba bastante alejada de la población, más bien estaba en la entrada de un bosque, por lo que quizás si un día lo necesitará sería un buen refugio.
Sacó un letrero de su mochila y lo colocó algunos metros delante de la misma, colocando; "Propiedad privada de SpreenDMC, no tocar.", con eso sería más que suficiente para que sus "compañeros" se enteraran a quien le pertenecía.
Al entrar está tenía muchas cosas tiradas por todos lados, las paredes tenían grandes golpes que causaron marcas a sus alrededores, el tapiz de las mismas estaban en algunas partes estaban fuera de su lugar original, en otros lugares ya ni existía tal cosa, se cruzó con unas escaleras que llevaban al segundo piso, sus escalones se veían poco seguros, sin mencionar que al menos más de cuatro estaban rotos, y su barandal no se quedaba atrás, con cuidado y paciencia fue subiendo hasta llegar arriba, pudo ver delante suyo un gran ventanal que estaba posicionado en la dirección donde solía salir el sol, simplemente hermoso.
Para su desgracia no encontró mucho, inicialmente luego de estar casi toda la tarde explorando sin rumbo fijo, buscaba comida, de la cual no encontró en ninguno de los tantos cofres que habían en la propiedad, no fue sino hasta media hora después que a las afueras de la casa encontró algunas plantas de tomates, las cuales aprovechó y se llevó todos los que había.
Ahora con comida y habiendo decidido que ya era hora de volver a trabajar, caminaba por aquel extenso y silencioso bosque, uno que parecía estar totalmente desolado, incluso por los animales, pero esto no le daba miedo, más bien le producía tranquilidad, silencio y soledad, lo primero actualmente no podía tenerlo el tiempo que quería, y lo segundo era algo normal y prácticamente algo de su día a día para el.
Sin embargo, aveces desearía poder tener a alguien a quien preguntarle como le había ido hoy, o siquiera a alguien a quien pudiera considerar una persona confiable, y cuando imaginaba tales cosas, una sensación extraña se apodera de el, como si estuviera olvidando a alguien o algo, algo que era lo que sentía que le faltaba, y sabía perfectamente que quizás el podría a ver llegado a tener algo como eso, alguien a quien le importara.
