Capítulo 14

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Gun

Quiero chillar de eso no hay duda alguna, estoy rodeado de muchos vampiros, las mujeres se visten de manera provocativa, los hombres tienen un "Traje" y todos me miran con esos ojos rojos, negros e incluso blancos, colores tan raros. Sus casas son más modernas que las de mi ex-manada.

Sus miradas me dan mucho miedo.

- No tengas miedo pulgas, ellos no se te acercarán a menos que yo lo diga - Me trae cargando, afortunadamente no estoy desnudo su gran saco me cubre la mayoría de mi cuerpo.

Me siento tan adolorido que no me importa a donde me lleve, lo único que quiero es dormir y dejar de sentir tan agonizante dolor.

- Tu sangre me tienta, pero hueles tanto a perro sucio que me dan ahorcadas y eso que no puedo hacerlo-

- ¿Que hace un perro aquí? - Una mujer con vestido color vino y cuerpo curvilíneo se pone enfrente de nosotros me mira con desaprobación.

- Su sangre huele muy bien querida - Cruza sus brazos abajo de sus pechos dejándolos a la vista aún más.

- ¿La sangre de un vil perro? Seguramente tiene pulgas y rabia - Los ojos de ella son blancos y su cabello es negro.

- No puedo hacer nada, ahora si me permites, debo quitarle este asqueroso olor que me repugna - Pasa de la chica y entra a una gran casa.

- ¡Hermano todo olerá a perro! - Grita con fastidio la mujer.

- Te aseguro hermana mía que dejará de oler en el momento que lo bañe y su sangre también te hablará a ti, aunque no permitiré que lo toques - Un bajo gruñido casi amenazante me hace temblar bajo los brazos del vampiro.

- No, yo tengo el mio - Sus tacones se escuchan cada vez más lejos y eso me da a entender que se ha ido.

- Entrometida - Con mi olfato puedo oler a muchos vampiros cerca, muy cerca, pero no puedo verlos.

En un parpadeo ya estamos en un baño lujoso de color gris con negro.

- Te dejaré bañar para que te quites el olor tan desagradable - Me deja en la taza del baño y de nuevo desaparece.

Suspiro con dolor.

Miro con terror las mordidas que poco a poco cicatrizan. Lentamente me levanto poniendo una mano en mi cadera y otra en la pared, camino a las llaves del agua para abrirlas.

Sin importarme que este fría entro, agarro el jabón y tallo mi cuerpo con fuerza quitando todo rastro de sangre.

La parte más difícil de todo es limpiar mi entrada pero con enojo y tristeza lo hago, afortunadamente mi cuerpo me ayuda y expulsa todo rastro de semen, rechazando al lobo que me montó.

Recordando el horrible momento vómito en el azulejo.

Agradezco que la mordida en mi cuello no valga como marca de propiedad, solo lo hará cuando este en mi celo. Por eso es tanta la desesperación de estar con alguien en esos días.

Pasan los minutos y sigo restregando con fuerza el jabón, también lo paso por mi cabello alejando cualquier rastro por más mínimo que sea.

Las mordías en mi cuerpo no sangran ahora solo tengo los hoyos, unos días más y serán simples cicatrices.

Cuando termino, cierro las llaves y salgo con cuidado, ya que no quiero caerme.

Con la mirada busco una toalla, no quiero que venga el vampiro y me vuelva a ver desnudo, afortunadamente encuentro una en un pequeño mueble.

La envuelvo en mi cintura.- Sabia que olerías muy bien - Me sobresalto cuando escucho su voz detrás de mi.

Su mano en mi cintura me hace sentir muy bien, cierro mis ojos disfrutando su tacto.

- ¿Que hacia un pequeño omega en las afueras? - Abro mis ojos, ya puedo sentir una traicionera lágrima salir de mi ojo, la cual retiro con brusquedad.

- Huí de mi alfa - Su mano deja de tocarme y ahora aparece enfrente de mi con el ceño fruncido, esta enojado ¿Por qué?

- Un maldito alfa, ¿Acaso estas marcado? - El aire se siente pesado, me cuesta respirar, mi lado sumiso no quiere verlo de esa manera.- Nunca me tocó ni me marcó, Él tenia otra pareja, estaba preñada, por eso me fui -

- Ya veo, tu cuerpo ha rechazado a tu alfa, un omega no puede estar tanto tiempo lejos de su pareja - Otra sonrisa adorna su rostro.

Se acerca a mí para empotrarme en la pared.

Su nariz se entierra en mi cuello, suelto un pequeño gemido cuando su lengua da una larga lamida a mi herida.

- ¡Hermano! - La puerta del baño se abre y por ella entra la misma mujer, pero ahora tiene en manos una copa.

Se la estira al rubio que tengo en mi cuello, el saca su rostro y mira de mala manera a su "Hermana", una ronca sonrisa sale de su garganta, una risa completamente fingida.

- ¿Acaso estas loca? - Su voz ha cambiado, es más ronca y muy atractiva para mis oídos.

Siento que mis piernas dejarán de sostenerme.

Si sigo así, entraré en celo por mi propia cuenta y no naturalmente.

- Bueno... yo pensé que te gustaría compartir una copa de sangre conmigo - Baja lentamente la copa y la esconde tendrás de ella como si no la hubiera traído.

- Te advertí que no compartiría, su sangre es mía y tu sabes muy bien la razón querida - Gruñe mostrando sus largos colmillos.

- Lamento haber molestado - Sale cerrando detrás de ella ¿Porque no desaparece?

- Se perfectamente que no tienes a donde ir así que te preguntaré una sola vez ¿Te gustaría quedarte pulgas? - Bajo la cabeza pero una larga uña negra me alza el rostro.

Mis ojos se conectan con unos atractivos ojos amarillos acompañados de un profundo negro.

- Si -

El pequeño del Alpha (OFFGUN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora