[ Aquí estoy yo ]

522 44 1
                                    


- Que tienes Dani?.- pregunta Maria José, mejor amiga de Daniela, desde que tienen memoria.

- No se Poché, es que verás, aveces siento que me voy a quedar sola por el resto de mi vida.- le respondió triste.

- Mi chiqui, no digas eso, o sea eres una mujer MUY guapa, pero MUY, me entiendes? Es imposible que te quedes sola, además me tienes a mi, que más puedes pedir.- con lo último la castaña soltó una risita.

- Es que eres única, pero bueno, vos dices eso porque me ves con ojos de amor.- Dijo mirándola.

"Claro que te veo con ojos de amor, eres la persona que en mis sueños aparece, pero no puedes verlo". Pensó María José.

Pero obvio no lo dijo, su próximo movimiento fue abrazar a su mejor amiga.

Has sentido alguna vez el miedo de perder a alguien que amas demasiado, y más si es por algo que sientes hacia ella, que va más allá de la amistad?. Yo no, pero no se a de sentir chido, eso es lo que le pasaba a María José, por temor de perder a su mejor amiga, no le decía que desde hace unos años atrás ella la ve con otros ojos, unos llenos de amor, pero no de amor-amistad, si no amor de querer pasar el resto de sus días junto a ella, haciéndola feliz, amandola como se lo merece.

Ambas chicas siguieron hablando hasta que la noche cayó, la luna estaba llena, siendo testigo de lo ambas sentían, porque sí, no solo María José tenía sentimientos por la otra, a Daniela también le pasaba algo, solo que no estaba segura de lo que sentía, peor aún, no quería perder a su mejor amiga por cosas que solo pasaban en su cerebro.

Que cosas no? Dos personas sintiendo lo mismo no pueden estar juntas porque el miedo es más fuerte.

Aquí estoy yo para hacerte
Reír una vez más
Confía en mí, deja tus miedos atrás
Y ya verás

- Otra vez estás triste, me quieres contar?.- habló la morena, tenían ya media hora juntas y ninguna pronunciaba alguna palabra, pero María José no podía seguir viendo como la chica que le gustaba tenía sus ojitos perdidos pensando en quizás que cosas.

- Te acuerdas de Mateo?.- preguntó la castaña.

- Obvio, él te hizo algo? Le voy a partir todo la puta cara!.- dijo levantándose.

La castaña río bajito.

- Ven acá loca, no vale la pena, solo abrázame mientras te cuento.- dijo y la morena pasó sus brazos por los hombros de Daniela.

- Como que no vale la pena, mira como te tiene ese naco.- dijo acariciando su cabello.

- Yo misma me lo busque, el no tuvo nada que ver, solo no le gusté y ya, nada más.- dijo jugando con el cierre de la sudadera de la morena.

- Es a parte de naco está bien bruto, como no le va a gustar alguien que parece la mismísima diosa Afródita.- dijo y nuevamente escuchó reír a Daniela.

- No se que haría sin ti.- dijo la castaña.

- Yo tampoco la verdad, estarías perdida.- dijo mirándola y no pudo evitar no reír y ambas estallaron a carcajadas.- Siempre estaré para sacarte una sonrisa hasta en tus peores momentos, recuerdalo siempre.- dijo mirándola nuevamente.

- Lo sé, te amo mucho.- dijo abrazándose a su cintura.

Daniela no sabía, no tenía ni la más mínima idea de lo que esas 3 palabras ocasionaron en la morena.

Has visto el rey león? Cuando una estampida pasa por Mufasa? Bueno el caso no es la muerte de él, si no que con la misma intensidad de todos esos bichos corriendo en aquella sabana así mismo estaban en el interior de la morena haciendo estallar cada parte de ella.

ᴏɴᴇ sʜᴏᴛs ᴄᴀᴄʜᴇ́ | TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora