Las jóvenes estaban concentradas en sus respectivos calderos, mezclando las hiervas y minerales para lograr la pócima que la Miss Luthor les asignó, cada caldero era trabajado en dúo, sin embargo, Nia llegó tarde a clase, lo que tuvo obligadamente trabajar sola.
La maestra Luthor se la pasaba haciendo rondas para supervisar como iban sus alumnas y aprovechaba en corregir los errores de estas. Nia estaba un poco alejada, casi al final de toda la clase muy concentrada en mezclar todos los ingredientes que recolectó en el bosque.
Mezclaba y mezclaba hasta que el caldero comenzó a hervir, tiraba los hongos, hiervas y demás vegetación, sin embargo, un capullo de flor expulsó su polen en una bola de humo en el rostro de la joven, comenzó a toser y esparcir con la mano el polvo, los ojos llorosos y la visión nublosa, los estornudos incontrolables se hicieron presente.
Luthor se dio cuenta e inmediato se encaminó hacia la joven, suspirando de frustración y negando con la cabeza. Recitaba en voz baja con los ojos fijos en la zona del desastre, un ligero movimiento de muñeca de izquierda, norte- sur, y un pequeño remolino de viento absorbió todo el humo.
Nia perdió el equilibrio, aun con la vista borrosa trató de sostenerse de alguna superficie, golpeó accidentalmente el caldero, haciendo que este salga volando por los aires hasta adentrarse unos metros atrás por el borde del bosque.
-Valla a recoger el caldero, limpie su desastre y tendrá que limpiar los materiales que sus compañeras han usado en la clase- Demandó la ojiverde con el ceño fruncido mirando a Nia tirada en el suelo con su cabello desaliñado. La joven aprendiz aceptó el castigo sin quejarse, dio un asentamiento con la cabeza y comenzó hacer lo ordenado con la cabeza gacha.
La rubia necesitaba de urgencia a Kieran, pero no era el día de encuentro, caminaba de un lado a otro pensando en que debía hacer para poder comunicarse con la pelinegra. Hasta que se le ocurrió la brillante idea de arriesgarse a ir al instituto. Sabía que se encontraba del otro lado del bosque, por lo general nadie iba a esa ruta ya que leyendas urbanas decían que ese lugar estaba maldito, sin embargo, fue una buena estrategia para los magos inventar tal leyenda y poner un escudo alrededor de la institución para que nadie a excepción del gremio con magia pudiera verlo.
Comenzó Kara a caminar entre la maleza muerta y los arboles oscuros y espeso, el aspecto sí que era tenebroso, pero no dio marcha atrás, se escuchaba el graznido de los cuervos y otras aves, parecían lamentos. De pronto comenzó hacer frio y se arregló mejor el suéter que llevaba para buscar más calor, se le estaba haciendo una eternidad hasta que al fin pudo ver un poco de luz y vegetación viva, entonces comenzó a correr, no valla hacer solo una ilusión.
Cuando se dio cuenta, estaba entre la barrera del bosque y un campo abierto, se podía ver una gran estructura de la época antigua británica –Increíble- murmuró asombrada mirando con admiración todo.
Andaba con mucha precaución, ocultándose de ser vista, escondiéndose entre los pilares o habitaciones del instituto, veía pasar a las chicas del mismo uniforme de Kieran pasar por los pasillos, algunas en grupo, otras llevando libros o cosas extrañas que nunca había visto.
Ya comenzaba a desesperarse a no encontrar a Kieran, y es que tampoco sabía cómo hacer para encontrarla. Suspiró frustrada con un puchero, sin querer chocó con una chica de cabello castaño. Ambas se asustaron, una al ser descubierta y otra a ver a una intrusa.
-sshhh, por favor, no digas nada- trató de calmar Kara con desespero y torpeza, moviendo las manos y su rostro de susto –mira, no tengo nada, soy inofensiva, lo juro-
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Wish
FantasyCreció con la idea de que los humanos era la peor raza que existe en el planeta y que no debía acercarse a ellos sino quiere despertar el enojo de los ancianos del mundo mágico. Kieran siempre a sido una niña bien portada y ejemplar, pero como tod...