III

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¿Soy la única que odia el sonido del despertador?

No lo tiraba por la ventana porque no tenía la suficiente energía.

Y porque ya no quiero comprar más despertadores. Era el quinto en un año.

Estiré mi mano y tomé mi móvil. Tenía una llamada perdida de mi padre y dos mensajes de mi hermana.

Espera...

Espera.......

¡Mensajes de mi hermana!

Dios, cuanto tiempo que no me escribía.

Hey, y si salimos a por un helado hoy?

Me emocioné mucho con el primer mensaje pero el segundo me decepcionó un poco.

Olvídalo, seguro tienes práctica.

Decidí contestarle más tarde, seguro que estaba en clase y no quería interrumpirla.

Me levante de la cama mientras marcaba el número de mi padre.

- Buenos días- oí que decía mi padre del otro lado de la línea.

- Hola papá ¿cómo estás?

- Hola cariño, bien ¿y tu?

- Bien, ya sabes lo de siempre. Clases, polo, tareas..- mmh ¿segura la parte de tareas?-..todo bien por aquí.

- Que bueno cariño. Hacía tiempo que no me llamabas.

- Es que con todo esto de la liga y el final de las clases he estado muy ocupa. Lo siento- murmuré.

- Está bien cariño ¿cuando empieza la liga? Me gustaría ir a ver algún partido.

Oh no.

Mi padre quería venir.

Eso significaba que tendría que vivir mi vida bien, es decir, hacer las tareas, no faltar a clase, cenar al menos cuatro veces en mi piso y no siempre en el de Theo... todo eso.

Extrañaba muchísimo a mi padre. Pero sinceramente siempre que venía era un escándalo. Yo iba por todos lados intentando hacer todo lo que se supone que tengo que hacer a diario y además intentar ocultar el hecho de que normalmente no hago nada de eso.

- Mmh no me acuerdo. Mañana tengo práctica, le preguntaré a Leo- mentí.

-  Está bien. Me encantaría verte jugar, hace tanto que no te veo, deberías venir mas seguido.

- Papá voy literalmente cada tres meses. Es súper seguido.

- ¿eso te parece a ti super seguido?- preguntó mi padre.

- En realidad si. Según lo que veo de mis amigos que no han visitado a sus padres en lo que va del año.

- Pues será porque los padres de tus amigos viven en la ciudad y no tienen la necesidad de viajar para verse.

- Theo no ha ido nunca para allí- murmuré a la defensiva. Los padres de Theo y mi padre eran amigos cercanos. Vivían a solo una calle nuestra.

- ¿conoces a Theo, hija? Si fuera por el no vendría nunca. Su madre tiene que obligarlo a venir.

- Bueno pero en ese caso deberías de estar agradecido de tener una hija tan buena y responsable..- si, buena y responsable, seguro-..que te visita cada tres meses y no tienes que obligarme como a Theo.

- Nunca dije que no estaba agradecido de la cantidad de amor que me das- creo que el sarcasmo viene de familia- solo digo que un poco más de atención a tu pobre padre no vendría mal.

Desde un principioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora