Capítulo 2

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2 años previo a la conexión.

Era la quinta vez que miraba el reloj en menos de diez minutos, sentía una ansiedad horrible esperando que mi vuelo de conexión pudiera salir, había oído el retraso por un problema de clima en los altavoces sin embargo no habían habilitado la puerta debidamente, me pregunte si todo iría en orden.

Finalmente al ver mi reloj por sexta ocasión me rendí, estaba cerca de una cafetería así que para pasar el tiempo me animé a comprar algo caliente y luego volver.

Al estar en la fila casi agradecí que solo había una persona antes de mi, intenté leer rápidamente la pantalla en donde se encontraba el menú, al estar en un idioma diferente al mío me demoré más en comprender, pensé como pedir mi orden y cuando fue mi turno dudé un poco debido a los nervios.

-Emm...me da...- dije torpemente señalando en la pantalla.

-Un expreso sin azúcar- me interrumpió una voz masculina, me quede de piedra ante su evidente desfachatez, quien se creía que era para meterse así en la fila, le lancé mi mirada cargada de odio pero ni se inmutó, la chica que se encontraba en la caja pasó rápidamente la mirada de él a mi repetidas veces.

-Un latte con leche de avena por favor- le dicté mi orden, ella tenía que acatarla porque al fin y al cabo yo me encontraba antes que el sujeto descortés.

El tipo lanzó velozmente su tarjeta de crédito a la cajera sobre el taburete para que le cobrara su dichoso expreso sin azúcar.

-Disculpa yo estaba antes en la fila- me atreví a decirle, él me miró con indiferencia y luego volvió a dirigirse a la cajera.

-Rápido bonita, estoy por perder mi vuelo- le soltó guiñándole un ojo.

¡¿Cómo se atrevía?! El muy maldito me las pagaría.

Esperé a que la cajera le cobrara y le prepara su dichosa orden en silencio a la espera de mi plan de venganza.

Cuando estuvo por tomar su café me abalancé rápidamente para tomarlo primero en sus segundos de distracción con su teléfono lo cual lo descolocó por completo.
-Gracias- solté mientras me daba la vuelta rápidamente para volver a mi sitio.

-¿Qué crees que haces pequeña?- me detuvo posicionándose frente a mi, por primera vez lo estudie detalladamente, era mucho mas alto que yo, llevaba un traje con corbata de color azul marino casi tan impecable como la cocina de mi madre, era una adicta a la limpieza.

-Si puedes tomar mi puesto en la fila, yo puedo tomar tu café- respondí con suficiencia.
Me molestó su utilización de la palabra niña, pero no podría discutirle, estaba actuando como una.

-No tengo tiempo para estas estupideces, devuélveme mi café y ve a buscar a tu mamá o lo que sea- escupió, noté que se encontraba bastante inquieto, como si algo más le preocupara debido a que no dejaba de mirar a mis espaldas, a los lados y atrás suyo. Demasiado sospechoso.

-Eso debiste pensarlo antes de ser un maleducado- respondí, ¿Buscar a mi mamá? ¿De cuantos años parecía? Había tratado de viajar lo más cómoda posible en pantalones de algodón y camiseta de tirantes, mi cabello corto me caía en pequeños rizos hasta arriba de mis hombros, me indigné el hecho de llevar un traje o ser potencialmente rico no le daba derecho de tratar mal a las personas.

-Ères un imbécil- solté arrepintiéndome al instante, no solía ir por la vida insultando a las personas y mucho menos diciendo palabrotas pero mi ira iba creciendo.

El pareció haberse impactado al igual que yo.

Estaba a punto de decirme algo que seguramente incluía que en mi casa no me habían enseñado modales o algo así cuando escuchamos un ruido proveniente del otro lado de la sala donde nos encontrábamos, los gritos se hicieron presentes.

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