Capítulo 1

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2 años después de la conexión.

Lancé el periódico con fuerza después de leer los titulares, había transcurrido seis meses después del evento traumático y aún salían noticias sobre aquello, mi cabeza latió fuertemente, una migraña más en la misma semana, no podía seguir soportando como la gente no podía simplemente inmiscuirse en temas mas importantes de la actualidad, me odié a mi misma por pensar de esa forma.

Este era un tema de real importancia.

El problema es que no había sabido nada de él desde aquel evento, simplemente había desaparecido de mi vida y eso me estaba volviendo loca.

No tenía un numero al cual llamarle, una dirección, un correo electrónico, nada, tampoco había visto la manera de comunicarse conmigo.

Me pregunté porque no había tenido ni siquiera la decencia de decirme a la cara que no tenia el mismo genuino interés, y ahí estaba el problema, yo sabia que eso no era cierto, me preocupaba también que algo hubiese ocurrido con Max, pero era tan maldita mente misterioso, más de un año conociéndolo y sabia todo sobre él, que cosas lo entristecían o lo ponían feliz pero no tenia idea de su vida real.

¿Me había estado mintiendo sobre aquello?

Mi teléfono sonó sacándome de mis pensamientos.

-¿Viste la noticia?- sonó su voz con un deje de timidez, mi mejor amiga sabia cuando algo podría hacerme enojar y este era ciertamente un tema que lo haría.

-¿No tienes nada mejor que hacer?- gruñí.

-Solo quiero apoyarte Eva- trató de tranquilizarme.

Silencio.

-Iré después del trabajo y veremos una película- anuncio sin dejarme responder y añadió -Es momento que sueltes toda la sopa- finalizó y acto seguido solo escuche el pitido que anunciaba que la llamada se había dado por terminada.

Observé la hora, eran las diez de la mañana, volví a la cocina pensando en mi desayuno frío de esperar por mi. Tenía que pasar por la oficina a medio dia para asistir a la reunión semanal de eventualidades, este era mi única mañana libre y se había arruinado con ese estúpido periódico.

Guardé mi plato a medio comer en el refrigerador y opté por tomar una ducha fría, en ocasiones como estas solo me sentía como un fantasma deambulando por todos lados, las personas habían dejado de hacer comentarios al respecto desde hace tres meses atrás pero aun podía oír los murmullos cuando pasaban a mi lado.
Ingresé al gran edificio de puertas de cristal soltando un suspiro.

-Buenos días señorita- me recibió el guardia de seguridad ofreciendo una bandeja para que dejara mis objetos personales y puedan pasar por el sistema habitual de seguridad.

-Buenos días- respondí con una sonrisa forzada, fuera ya había comenzado a helar por el otoño así que iba cubierta con un gran abrigo de lana y mis habituales botas.

Al no ser mi dia rutinario de trabajo, no me exigiría ir vestida como oficinista, aunque generalmente no lo hacia, mi cabello comenzaba a molestarme cuando mechones me caían en la frente debido al viento de fuera, no había olvidado la ultima vez que lo corte.

Quizás ya era momento de seguir adelante y cortarlo.

Corrí por las escaleras al percatarme de que si no me apresuraba probablemente llegaría tarde, no podía permitir ser el centro de atención una vez más.
Ubiqué rápidamente el salón de conferencias y llegué hasta el mango de la puerta halando con fuerza para ingresar cuando me topé con un muro humano bloqueándome el paso, mi nariz sufrió un pequeño atentado provocando que fuera a gritarle groserías al tipo que no sabía que detenerse en el paso de la entrada no era buena idea hasta que me detuve abruptamente cuando el olor familiar inundó mis fosas nasales.

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