Chico nuevo [Minsung]

Seven 🌱

Jisung caminaba hacia  la mesa donde vio a Minho sentarse el día anterior, aquella que quedaba en la esquina de la cafetería y estaba alejada de las demás. Pero no contó que sus totalmente equilibradas piernas (sarcasmo) se enredaran entre sí haciéndolo caer justo frente a su posible nuevo crush.

Mierda.

—Oh por Dios. ¿Estás bien, Jisunggie?

¿De dónde carajos salió Hyunjin?

—Hyunjin... estoy bien —respondió aún tirado en el suelo, totalmente muerto de vergüenza.

—¿Seguro? ¿No quieres ir a la enfermería? —inquirió, poniéndose a su altura.

—No empieces, por favor.

Se puso de pie con la vista en sus zapatos, cuando inició a caminar chocó con el cuerpo de Minho, quien lo veía con preocupación. Las manos del rubio las sintió en su cintura cuando notó que iba a caer nuevamente.

—¿Te encuentras bien, Jisung?

Asintió con la cabeza, concentrado más en aquellas grandes manos rodeando su cintura. Minho, cuando notó la posición, las alejó con un leve sonrojo en sus mejillas.

Ambos se sentaron, uno al lado del otro.

—De seguro ahora debes pensar que soy un tonto —dijo Jisung riendo—. O sea, sí soy, pero ajá.

—La verdad sí lo eres —respondió sonriendo levemente—. Pero sólo un poco.

—Bueeno... —alargó—. Como ya sabes, soy Jisung. Mhm, cumpliré dieciocho en septiembre, el catorce de septiembre. Tengo hermanos.. mayores, pero ninguno vive conmigo. Aunque todos son unos idiotas, ¿puedes creer que me robaban la comida cuando se iba la luz? —inquirió con indignación, haciendo reír a Minho.

El rubio solamente hablaba, olvidando completamente su almuerzo que guardaba en su mochila. Minho, por su parte, comía del suyo y escuchaba atentamente al peli-azul.

—Vivo solo con mi abuela porque ajá —negó restando importancia—. La verdad ni siquiera sé qué quiero estudiar cuando acabe este año, ¿sabes? Siempre que veo una carrera que me interesa veo que tiene matemáticas y me doy media vuelta. Odio las matemáticas.

—Casi todas la carreras contienen un poco de matemáticas —aclaró Minho.

—Ay, no puede ser. ¿Sabes algo? Me irá mejor vendiendo agua. O mejor... —una pequeña sonrisa apareció en sus labios con una mirada maliciosa—, adiós, escuela. Hola, narcotráfico.

Minho no pudo evitar soltar una risa más duradera. Jisung lo miró con casi estrellas en sus ojos.

—¡Yah! Tienes una linda risa.

—G-gracias —murmuró sonrojado.

—¿Debería llamarte hyung? ¿Qué edad tienes?

—Cumpliré dieciocho el veinticinco de octubre.

—Bueeno, es sólo un mes... ¡Igual te diré hyung! ¿Te puedo decir hyung?

—Claro.

Su agradable conversación (liderada por Jisung) se vio interrumpida cuando sonó la campana que anunciaba el fin de la hora de almuerzo. El menor hizo un puchero, poniéndose de pie se despidió de Minho.

—¡Nos vemos luego, hyung!