Una semana después...
Félix salió del baño sacudiendo su cabello con una toalla, acababa de tomar un relajante baño con agua de rosas para tonificar y suavizar aún más su piel y atraer las energías positivas.
El aroma a la flor invadió parte de la cabaña de Jisung y aprovechó para dar un hondo respiro, relajando sus hombros.
Luego de eso, sus pies se arrastraron hasta la habitación de huéspedes que guardaba Jisung para él, y la que también se había convertido en la sala de recuperación de Hyunjin. Mi Hyunjin.
Entró y lo primero que vio fue su figura dormida boca arriba, en medio de la cama. Dejó la toalla sobre una silla cerca de allí y se sentó a su lado, mirándolo con ternura.
Sus dedos no esperaron y acariciaron sus dulces y apacible rostro. Parecía tan indefenso allí, dormido y vendado aún en el torso. Había pasado toda la semana cuidando de él, velando su recuperación y mostrándole su amor.
Poco a poco Hyunjin se sentía mejor, ya comía con normalidad y podía sentarse en la cama sin ayuda, también caminaba en la habitación, pero siempre le decía a Félix que sentía molestia en la herida, la sentía abierta y fría, incluso después de quitarle los puntos, pues había cicatrizado con una rapidez sorprendente.
No obstante, se escalofriaba, como si sintiera el filo de la flecha repetirse una y otra vez como un ciclo. Por eso aún seguía en reposo. Félix le hacía baños de hierbas y dormía abrazado con él, no quería estar lejos ni un minuto. Hyunjin nunca había sido lastimado de esa manera y en
una zona como esa, tan cerca del cuello y la cabeza. Pudo morir.
Suspiró, su piel se erizaba ante el terrible pensamiento. No quería volver a pasar por algo así.
Su mirada desorientada volvió a enforcar a su hermoso chico y apartó los mechones negros y rebeldes, luego se inclinó y dejó un suave beso en su frente descubierta.
-Mmmh...
Sabía que estabas despierto- susurró con una sonrisa y trató de alejarse para darle espacio, pero Hyunjin fué más rápido y astuto y lo atrapó en sus brazos, presionándolo contra su pecho.
- iHyunjin!
- Estoy enfermo, haz lo que yo quiera-refunfuñó con la voz áspera y ronca. Siguió con los ojos cerrados y atrajo a Félix más cerca de su cuerpo.
- Te encanta aprovecharte.
- No lo niego- comentó con cierto tono travieso y pícaro. Abrió sus ojos y Félix puso los suyos en blanco.
- No soy tu sirviente, tonto.
- Me encanta que me atiendas como si fueras uno- confesó. Escondió su cara en el cuello del contrario y su nariz jugueteó con su piel, causándole cosquillas cuando aspiró su aroma
- Que delicioso hueles... Corderito. Quisiera morderte.
- ¿Umh? ¿Te gusta mi carne? - Félix lamió sus labios y siguió el peligroso juego del Lobo, que nunca perdía una oportunidad para acechar a su presa.
El que era tentado fingió no estar afectado por sus palabras, pero era imposible ignorar las corrientes de energía en su cuerpo que comenzaba a animarse, sumiso a las provocaciones.
- Si.... Pero también hay más.
- ¿Más?
- Mmm...
Hyunjin deslizó una de sus manos hacia abajo y arrastró lentamente la camisa blanca que cubría su abdomen, rozando su piel fresca y cálida, hasta llegar a su pezón.
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¡ Devórame lobo ! ( Hyunlix / adaptación)
Fanfiction- Pero, Lobo... ¡Que ojos tan grandes tienes! - Son para ver mejor cuando te corras por mí, mi cielo. - Pero, Lobito... ¡Que lengua tan larga y grande tienes! - Es para lamerte mejor, Corderito. - Pero, Hyunjin... ¡Que dientes tan grandes tienes! El...