¡! ADVERTENCIA: depresión y pensamientos suicidios.
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El peli negro contemplo la bella vista de todos los enormes edificios brillando en aquella oscura atardecer.
A cualquier persona le brillaría los ojos o diría un comentario con mucha emoción. Pero él no era de ese tipo de mostrar sus sentimientos o emociones, no importa cuál sea la situación, simplemente no sentía la necesidad de hacerlo.
Aunque a diferencia de aquella muchacha que lo acompañaba, él sí muestra vida en su rostro.
La miró de reojo.
Ahora mismo se encontraban en el techo de uno de los edificios. Ella estaba sentada al borde de este mientras que él se mantuvo de pie, detrás de la joven.
No sabía la exacta razón del por que ella estaba en este lugar, lo único que puede resumir era que la estuvo buscando en todo el día y la encontró aquí.
Y a pesar que la chica notó la presencia de su amigo, no le dirigió palabra alguna. Todo permaneció en silencio.
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Su amiga era difícil de predecir y leer. Nunca sabias que es lo que había detrás de sus acciones, palabras y expresiones.
______. Te podría mostrar una amable sonrisa pero él más que nadie sabía el gran vacío detrás de ello.
______. Conocida por todos como una persona alegre y dulce. Pero el peli negro sabía la frialdad y dolor que cargaba pesadamente dentro de ella.
Conocía su pasado más que nadie. Un pasado que te podría llevar a la locura y depresión. Él estaba consciente lo que cargaba sobre ella. Pero lamentablemente eso no significa que tenga la habilidad de saber lo que pasaba por su mente.
Como ahora en este momento. La joven miraba al nada y es obvio que había tantas cosas dentro de su cabeza. Y aunque él quisiera hacer más, solo puede estar allí a su lado.
El chico suspiró y de un salto se sentó al par de su amiga. Sin miedo alguno a la gran altura en la que estaban.
La miró del rabillo de su ojo, alerta, ya que le aterraba la posibilidad de un mal movimiento causando la caída de esta.
Era una horripilante escena en su cabeza que le hacía sudar.
Tenía que asegurarse de cuidarla cerca.
—Dime Soobin— dijo la joven mirando sus pies colgar al aire— ¿También ves el gran vacío qué hay allá?
Al escuchar aquella pregunta, parpadeo algo confundido y acto seguido, miró hacia abajo. Era espeluznante si prestabas atención a la tenebrosa profundidad de la altura en la que se encontraban.
