Halloween

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Esta historia está dedicada a Alexei Caín, como parte de la actividad Intercambio de Halloween del grupo de Facebook "JayDick / DickJay Lovers". ¡Espero que te guste tu regalo! 

N/A: He notado, principalmente en fanarts de está temática, que le asignan a Dick o a Jason las casas de Hogwarts según sus colores representativos, poniendo a Dick en Ravenclaw y a Jason en Gryffindor; sin embargo, yo los he asignado de acuerdo a como interpreto sus personalidades. Dick es más extrovertido y Jason más intelectual y práctico, por lo tanto he invertido los esquemas de colores. 

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El joven mago de cabello negro era el centro de la atención en su pequeño grupo, lo cual no era de sorprenderse puesto que, desde su primer año en Hogwarts, se había ganado la fama de chico popular. Dick Grayson, quien ahora cursaba el séptimo año en la escuela de magia, debía estar contando alguna anécdota interesante a sus amigos puesto que gesticulaba y ponía variadas expresiones en su rostro mientras hablaba. Quienes lo escuchaban permanecían absortos, interesados y sonrientes; sin embargo, estos no eran los únicos atrapados por su encanto. Un par de mesas más atrás, un estudiante de sexto año, de la casa de Ravenclaw, parecía también ser presa de su carisma.

Jason Todd lo conoció durante su segundo curso, el tercero de Grayson, y aunque al principio le pareció otro Gryffindor escandaloso y engreído, poco a poco su opinión fue cambiando. No era mucho el tiempo que pasaban juntos al ser de casas y cursos diferentes; no obstante, tuvo la oportunidad de ver lo generoso, sensible y hasta heroico que podía ser Dick cuando la situación lo ameritaba. Fue así que, sin darse cuenta, pasó de sentirse irritado por su presencia a albergar una admiración profunda, al punto en que ahora le resultaba sumamente difícil apartar sus ojos de él y de aquella brillante sonrisa. Pero tuvo que hacerlo al instante en que Dick volteó en su dirección y le guiñó coquetamente.

Jason sintió su rostro arder al notarse descubierto, y se molestó un poco consigo mismo por aquel comportamiento tan irracional. Arrugó el entrecejo y trató de concentrarse nuevamente en el libro que tenía delante, aunque sin mucho éxito. ¿De verdad el descarado de Grayson le había guiñado o había sido solo producto de su imaginación? ¿Y si el guiño iba dirigido a otra persona?

—¿Estudiando todavía? —preguntó Roy Harper, sacándolo de sus pensamientos.

—Algo así —respondió secamente.

—¡Tienes una cara que da terror! —comentó el Gryffindor pelirrojo mientras se sentaba junto a Jason­­—. Pero no te preocupes; cualquier tarea que te hayan dejado puede esperar, después de todo, no habrá más clases en la tarde por ser Halloween.

El pelinegro solo emitió un leve gruñido ante el razonamiento de su mejor amigo.

—Podemos ir a Hogsmeade —propuso Roy, ante la escueta respuesta de Jason—; los chicos de mi casa están planeando ir a Las Tres Escobas, te nos puedes unir. O puedes quedarte aquí, soportando a Peeves hasta la hora del banquete.

Jason se lo pensó unos minutos. El banquete le daba bien por igual. La decoración, los encantamientos, los fantasmas apareciendo en medio de las mesas, las travesuras de Peeves; el festejo de Halloween se había vuelto un poco repetitivo a su parecer. Por otro lado, la idea de salir al pueblo le resultaba más interesante; además, así podría sacudir de sus pensamientos a Dick por un rato.

—Vamos al pueblo. Iré a guardar mis cosas y por mi capa.

—Perfecto —dijo Roy—. Yo me adelantaré. Te espero en la posada.

Para su suerte o desgracia, cuando Jason Todd cruzó la puerta de Las Tres Escobas, lo recibió una escena similar a la vivida un poco antes en el comedor. Dick Grayson, sentando en mitad de una mesa, charlando alegremente con el grupo de chicos y chicas que lo rodeaban. Lucía encantador, con los ojos chispeantes y la sonrisa cálida que invitaba a todos a querer estar a su lado. Al verlo, Grayson hizo una pausa en su conversación y lo saludó con un movimiento de su mano. Jason de nuevo arrugó el entrecejo y le devolvió el gesto sin decir nada.

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