•| 𝑨𝒌𝒂𝒔𝒉𝒊 𝑻𝒂𝒌𝒆𝒐𝒎𝒊 𝒃𝒐𝒕𝒕𝒐𝒎 |• ✓

3 hijos

Takeomi tenía tres demonios por hijos

Pero Takeomi no sabía eso, no, para Takeomi sus pequeños bebés eran unos angelitos puros

Por otro lado, sus padres les tenían miedo

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─── ¡¡KURAYAMI BAJA DE AHI!! ───

La desesperación de Shinichiro se siente en los aires cuando ve a su hijo de 8 años apunto de brincar de un puente a el mar abierto

Wakasa no se lo piensa antes de correr hacia su hijo soltando a la pequeña Saori de 6 años que aprovecho el momento para correr directamente hacia la tienda de juguetes sin siquiera ser vista por sus padres

Shinichiro deja de ver a Kurayami cuando Wakasa evita que caiga al mar para poder intentar solucionar el que su hijo de 4 años se acababa de romper el brazo pero no mostraba ningún reflejo de dolor o miedo cosa que lo ponía más nervioso y estresado

Benkei recién llega y solo ve a Wakasa con su hijo en brazos pataleando y haciendo un berrinche al mismo tiempo que ve que Shinichiro está apunto de llorar mientras toma el brazo en una posición no humana de su bebé con delicadeza

─── pero que... ¿Qué carajos acaba de pasar aquí?... ───

Wakasa mira a Benkei y la sangre se le va a los pies

─── ¿¡Y Saori!? ───

Shinichiro se tensa en su lugar y Benkei frunce el seño

─── ¡busquen la, debo de llevar a Ares al hospital! ───

Shinichiro no da otra explicación cuando toma a su pequeño en brazos y sale prácticamente disparado de la multitud que empezaba a rodear les por la hora

Wakasa suda frío y Benkei siente que su corazón deja de latir, Kurayami deja de patalear y se deja abrazar por su padre por el cansancio después de unos minutos

Minutos que fueron eternos para los adultos que no podían hacer nada si no tranquilizaba al menor

Con los nervios de punta y el estrés y la ansiedad consumiendo los, una vez que él pequeño Kurayami se durmiera, entraron a la primera tienda con muñecas a la vista que miraron encontrando rápidamente a la pequeña morena de ojos verdes con sus tiernos ojos brillantes y una sonrisa que demostraba la travesura pura sin siquiera ser echa aún

Al mirar a la niña rodeada de muñecas y vestidos ambos padres supieron de ante mano que su billetera no saldría con ningún centavo y que Takeomi va a regañarlos en cuanto vea a sus hijos