capítulo iii

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CAPÍTULO III

FERN

La castaña se mira al espejo y suspira. Una fiesta, en la vida he ido a una fiesta en la que la mayoría de personas no sean mayores de treinta. Luego de esa extraña noche hace dos días en la casa de Florence, las dos decidieron involuntariamente llegar a una tregua. Hoy es sábado y Florence ha invitado a Fern a una fiesta. Fue más una sugerencia de su representante Kelsey pero una parte de Fern quiere pretender que fue idea de Florence. No es como si ella quisiera que la rubia la invitara, no es como si esto fuera una cita.

Decidieron que este era el momento perfecto en donde van a "mostrarse" como pareja. Y Fern está a punto de vomitar. Ella mira su reflejo, el vestido verde se ve bien. Pero bien no es perfecto, y si tiene que vender que está en una relación, ella tiene que estar perfecta.

Florence siempre está perfecta, nadie va creer que ella está con alguien que no es igualmente perfecta.

–¡Alice!– Fern llama a su asistente desde su habitación. Alice entra al cuarto y suspira.

–He visto ya diez vestidos, Fern.

–Okey, estás exagerando. Han sido como tres.– Fern se voltea, dándole la espalda al espejo y apoya sus manos en las caderas.–¿Y este?

–Ese me gusta más. Combina con los ojos de tu novia.

–Te odio.– Fern se sienta en la cama y comienza a ponerse sus zapatos.

–¿Por qué estás tan nerviosa?

–Alice ¿Me conoces hace cuanto? ¿6 años? Sabes que no hago esto.– la pelinegra la mira confundia, Fern suspira. –Citas, fiestas, salidas. Nunca han sido lo mío.

No es como si hubiera sido mi elección pero ahora ya es parte de quien soy. No es como si ella recibiera muchas invitaciones de todas formas.

–Sí, pero esto no es realmente una cita. Por lo que me dijiste Florence y tu aclararon las cosas ¿No?– Fern asiente con la cabeza.–Así que tómalo como si fueran dos amigas saliendo. O tal vez otro papel en una película.

–Mis papeles no son del tipo "fiesteros", es por eso que estoy haciendo esto en primer lugar.– ella se recuestra en la cama.–Simplemente no quiero arruinar nada.

–¿Por qué estás tan nerviosa?

–Ya respondí eso.– Fern se apoya en los codos mirándo a Alice. Alice se cruza de brazos y le da una sonrisa burlona.

–Sí, pero esa no es toda la razón ¿Verdad?

–No sé de qué estás hablando.

–No me mientas, Fern. Tú...– el celular de Alice suena, ella lo saca del bolsillo y lo mira.–Florence llegó.– Alice tiene acceso a las cámaras que están en la puerta (cámaras que fueron elección de su padre porque es paranóico).

–¿Qué? No, es temprano.– dice ella, entrando en pánico mientras se para de la cama arreglándose las arrugas del vestido.

Esto es un desastre, seguro que me veo como un desastre. De todas las cosas que Fern creía que Florence es, puntual no era una de ellas.

–¿Y qué? Ya estás lista.

–Ella no puede saber que estoy lista temprano.– se alisa el vestido con las manos. –¿Puedes ir a decirle que terminaré en unos minutos?

solamente otro papel (GL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora