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▎25 NOVIEMBRE, 2019 📍Los Angeles, California 🗣 Amelia Addams
HAY AMISTADES QUE VIENEN Y VAN. Creemos que todas esas personas que conocemos a lo largo de nuestra vida serían las que estarían para siempre, terminan siendo completos desconocidos. Pero suele ser que algunas amistades se quedan y son aquellas que se pueden contar con los dedos de una sola mano.
Aquellas amistades que se quedan, son las que uno puede compartir risas, llantos, momentos significativos y suelen estar también en los momentos más difíciles.
Llevaba conociendo a Joseph Keery por muchos años. Muchos creen que sabes absolutamente todo del otro pero la verdad es que aunque conozcas a una persona por mucho tiempo, nunca terminas de conocerla o eso era lo mi madre siempre decía. Al principio no comprendían aquello pero cuando empecé mi relación con Joe, lo entendí un poco porque a pesar de que casi siempre pasabamos nuestro mayor tiempo juntos descubrí una que otra cualidad de él y eso hizo que me enamorará más de él; siempre me mentalicé que jamás podría olvidar nuestra relación aún si nos llegaramos a separar.
¿Quién no podria olvidar una relación donde tu pareja te trata como si fueras la única persona del mundo? Yo claramente no podría, aunque lo intentará, no lo lograría porque Joe era la mejor persona que alguien podria conocer y tener como pareja, y yo soy alguien que no podria merecer su amor –como decían sus fans de Joe–, hay veces que siento que soy muy egoísta con él al querer pensar solo en mí.
Mi relación con Joe era perfecta, demasiado a decir verdad. Pero entrar al mundo de la toxicidad famosa tal vez hizo que nuestra relación se comenzará a destrozar poco a poco por mi culpa, tal vez, quizá si solo nunca hubiera dado importancia a aquellas críticas. Llevaba meses llorando a escondidas por esas críticas tan estúpidas hacia mi persona y mi trabajó. Joseph lo sabía, yo no quería preocuparle y hacerlo sentir más estrés pero el me conocía tan bien que siempre me abrazaba y me decía cosas positivas pero mi mente me decía otras cosas.
Y ahora no era la excepción, lloraba mientras apagaba apagaba mi teléfono para ya no seguir leyendo aquellos comentarios con odio como si yo fuera Dolores Umbridge. Aunque, no sólo por eso la lágrimas recorrían mis mejillas, tenía miedo porque cuando Joe llegará a "casa" yo iba a dar final a nuestra relación, ¿qué si me duele haber tomado la decisión? Demasiado.
—¡Amy! —el ruido de la puerta cerrarse hizo que me levantará rápidamente de la cama.
Limpie mis lágrimas con la manga del suéter y salí de la habitación con una leve sonrisa.
—Hola —lo saludé con un abrazo.
Amaba los abrazos de Joe porque cada vez que sentía sus brazos rodear mi cuerpo podia sentir ese lindo calor que el tenía haciéndome sentir segura.
—¿Todo bien? —preguntó suavemente sin soltarme pero al escuchar mi gran silencio de separó un poco para ver mi rostro y tomarlo entre sus manos cálidas.
—¿Qué sucede amor?
Yo solamente baje la cabeza, intentando que las lagrimas no salieran de nuevo.
—Perdón, de verdad lo siento —dije.
—¿Por qué? —preguntó para tomar mis manos y llevarme hasta en sofá, donde nos sentamos sin soltar nuestras manos.
—Amor, cualquier cosa que pase no tiene que pedir perdón —dijo.
Sabía que se estaba refiriendo al odio que yo recibía día y noche, todos lo días. Aún no entendía porque las personas lo hacían pero algo que si sabía era que me estaba lastimando demasiado.
—Lo sé. Pero no es eso a lo que estoy pidiendo perdón.
—Entonces, ¿qué pasa Amy? Sabes que puedes confiar en mí —murmuró.
—Es que...
No pude más y me solté en llanto, soltando las manos de Joe para poder cubrir mi rostro. Él no dijo nada, solo me tomó del brazo para acercarme a él y abrazarme.
—No mereces esto Joe —susurré—. Realmente mereces a alguien que no le importe lo que los demás piensan, que solamente te amor.
—No, no digas eso.
—Joe —me separé de él y lo mire por primera vez a los ojos, los cuáles estaban cristalizados por las lágrimas que querían salir—. Quiero terminar lo nuestro, no es porque no te ame. Quiero tomarme un tiempo para mí y recuperarme de toda la toxicidad del mundo.
Joe asintió y volvió a tomar mis manos.
—Sé cómo te sientes por dentro, te conozco más de lo que crees Amelia y si de verdad quieres esto, yo lo respetaré y si me dejas te ayudaré también a recuperar esa felicidad y tu hermosa sonrisa que hace mucho no tienes —dijo acariciando mi mano—. Y, por favor, no llores. No lo tomes tan mal, seguiré pensando en ti y en los momentos que tuvimos juntos.
Me abalance hacía él para poder abrazarlo con fuerza. Aunque, quizá, me hubiera gustado haberlo besado una última vez.
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🗒 ❛ NOTA ༉‧₊˚✧ Aquí el prólogo corto de esta historia, esta parte es como una pequeña introducción a su ruptura. Por lo que desde el primer acto se hará un salto en el tiempo y cosas cambiaran. También no especifique bien sobre el odio a hacia Amelia porque a lo largo de historia se va ir dando como es este odio y como afecto a Amelia.
*Esto es como un borrador. Cuando la historia se termine se harán las modificaciones adecuadas.
Espero y les guste demasiado esta historia, no olvides de votar y comentar ♡
