Parte 5 - Vistazo al pasado 3: El Dilema de Shouko

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Pues bien, una madrugada entera de sexo desenfrenado entre dos tortolos obviamente aliviaría un poco el malestar que Shouko llevaba arrastrando desde hacía bastante tiempo, pero no iba a ser este momento la cura para su depresión e indecisión.

Ambos decidieron no ir a la universidad aquel día ya que estaban cansados. Hitohito se quedo en casa todo el día, preparándole a Shouko el almuerzo y además dejándole lista la cena a ella para cuando ella volviera del trabajo. De igual forma se quedó en haciendo otros quehaceres del hogar (en especial lavar y ventilar las sabanas y el futón).

Ese día en la oficina, Shouko estaba bastante radiante a pesar del cansancio físico que sentía, estaba animada y se notaba a leguas que algo bueno había pasado, pero, al mismo tiempo, si alguien le preguntaba si algo bueno le había pasado, ella solamente se quedaba paralizada lo cual era un buen indicativo a pesar de no dar muchas explicaciones. Así estuvo varios días hasta que una charla en la cafetería, al poco tiempo, la hizo caer en razón de nuevo.

Aquel día, Shouko estaba comiendo sola mientras una pareja de compañeras de otra sección platicaba animadamente en la cafetería de la empresa. Ambas conversaban de cosas sin importancia hasta que algo hizo que la oreja de Shouko se levantara de repente. En la conversación una de ellas le preguntaba a la otra el por qué se había separado de su novio si el tipo era guapo, adinerado y complaciente, era un buen partido, a lo que la otra chica respondía que lo había hecho porque, a pesar de ser todo eso, el trabajo del sujeto le comía todo su tiempo y las pocas veces que se veían, el tipo parecía estar pegado a su teléfono el 75% del tiempo en chats con sus jefes y sus subalternos, razón por la cual ya se había hartado y lo mando al demonio.

La otra chica se río ya que le recordó a su novio de universidad, el cual estaba tan obsesionado en ser el mejor en su carrera que se veían tan poco que el solo hecho de reunirse ya era un milagro, pero se ponía peor ya que el sujeto en cuestión siempre llevaba algún apunte consigo para repasar mientras estuviera con la chica, lo cual al final de cuentas la canso y decidió cortar por lo sano.

Tal parecía que ambas historias terminaban mal para ellos dos a que el obsesionado con su trabajo, a los meses, termino hospitalizado por exceso de estrés, y el universitario, debido a que quería a la chica, bajo su rendimiento y no logró su meta de ser el mejor de su carrera, sino que termino gastando mas tiempo en la universidad graduándose como un alumno normal, lejos de su deseo de graduarse con honores.

Mientras las dos chicas reían de las desventuras de ellas y de sus ex parejas, Shouko estaba más asustada y tensa que de costumbre. La idea de terminar su relación con Hitohito parecía ser mas cercana con el pasar de los días a menos que ella hiciera algo. Además, ella temía por la salud de él, el solo hecho de trabajar horas extras casi a diario y llevar mas cursos de lo normal con tal de salir antes podía poner en riesgo a Tadano. Aquella tarde, a un mes y medio de terminar el tercer año de universidad, Shouko Komi creía haber tomado la decisión más adecuada: Desistir de la Universidad y dedicarse a ser el soporte de casa.

No le diría nada a Tanado, aún, ya que planeaba terminar el semestre y luego presentar su carta de resignación. Sin saberlo, aquella decisión se le escribió en la cara, y si bien con su novio las cosas no parecían haber cambiado, su profesora de psicología si lo notaba con una facilidad impresionante. Era el último día de clases previo a los exámenes finales de semestres y nadie se había presentado al curso excepto Shouko. La catedrática, licenciada Higurashi Hikari, noto a la chica ni bien entro a la clase, preguntándole si todo estaba bien y si sabía que le había pasado al resto. Shouko sin tanto esfuerzo logro responder que no sabía sobre el resto pero que estaba todo bien, pero le pregunto de vuelta el porqué de aquella pregunta.

Desde que la conozco, Srta. Komi, he visto su cambio de su timidez hasta alguien más abierta, pero hoy se le ve en el rostro que hizo algo, pero no esta tan convencida – decía la Lcda. Higurashi.

El Secreto de HitoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora